Algo peligroso que se está transformando en una situación habitual durante estos días de desguace de derechos humanos, sociales y laborales, suba del precio de los alimentos, con una devaluación del valor del peso de 118% en poco más de una semana, aumento de los alquileres en dólares y euros…
La normalización de la crueldad y la deshumanización se inicia en el discurso del Presidente. Milei le dio un like al ideólogo Nicolás Márquez, quien postuló el uso de napalm para reprimir marchas de opositores, y sus asesores en comunicación legitiman la represión contra jóvenes y jubilados indefensos, como sucedió en la provincia de Córdoba.
Juan Alonso, Cohete a la Luna
Javier Milei, sus ideas y al servicio de quién gobernará
La llegada de Javier Milei a la presidencia de la Argentina fue analizada por los medios de todo el mundo como un fenómeno inédito, que no encaja en ningún patrón o modelo. En verdad, lo novedoso fue la velocidad con la cual se posicionó como candidato con chances de triunfo. Pero lo importante es definir a Javier Milei por su pertenencia a la tribu de los “niños bien”, que con sus charlas sobre economía y el uso de las redes logró captar la simpatía de los más jóvenes entre los estudiantes y los trabajadores, muy perjudicados por la crisis estructural del país.
Además del personaje excéntrico, Milei representa un proyecto político. Es la apuesta que jugaron las oligarquías financieras nacional y extranjera por un empleado servil de esa minoría de capitalistas aventureros que incrementan su riqueza gracias a los billones que bombean desde la Reserva Federal en Estados Unidos. Los billones de oro verde que iluminan la mente de lo más preciado de la elite elegida para tomar las riendas del Estado: “la casta” de economistas, académicos, comunicadores y políticos lacayos del amo norteamericano.
Milei decía que los políticos y sindicalistas mentían, y levantó el “que se vayan todos”. Los cambios sociales y económicos, dominados por el descrédito creciente de los dirigentes políticos y sindicales, la extraordinaria masificación del trabajo informal, sin convenios legales, donde prima el “sálvese quien pueda”, el rebusque y pelear en soledad las condiciones para subsistir, más los brutales índices de inflación, constituyeron el terreno apto para el discurso “anarcocapitalista” de Milei, además de los fondos de la gran burguesía para financiarlo.
El único Estado cuya imprenta física y electrónica bombea dólares frescos diariamente es Estados Unidos, que emite la moneda desde su banco central, la Reserva Federal. En los últimos diez años benefició con billones de billetes verdes a los oligarcas de los fondos de inversión, como Black Rock y Templeton, nombres que resultarán familiares con el nuevo gobierno de Milei porque son los acumuladores de dólares más importantes del planeta, y quienes expanden su dominio por medio de la especulación y las inversiones financieras. En nuestro país, del otro lado del mostrador se ubicarán Milei y Macri, los mercaderes que venderán a esos inversionistas, como ya lo hizo el gobierno peronista de Menen, “las joyas de la abuela”: tierras, bienes, trenes, rutas, la Hidrovía (1), el litio, el petróleo, el gas, los clubes de fútbol, y el excedente que sobreviva de nuestros salarios y jubilaciones.
Lo único que tiene armado el gobierno electo es lo que le armó el capital financiero: Caputo, Bausili y Cottani… son los hombres que van a dirigir la caja, es decir, Luis Caputo como ministro de Economía, Santiago Bausili, como presidente del Banco Central y Joaquín Cottani (actual economista jefe para América Latina de Standard and Poor’s Ratings Services), que fue el secretario de Finanzas de Cavallo…
Los tres viven en Nueva York y vienen a desembarcar para ordenar las cuentas en favor de ellos y asegurarse un mayor endeudamiento para pagarse las Leliqs. De los seis primeros bancos por volumen de depósito privado, cinco tienen participación BlackRock.
Horacio Rovelli, 6/12/2023, Perfil.com
Estos y otros sujetos de la misma calaña ya se habían hecho cargo de la economía argentina cuando asumió Macri. En ese momento, la agencia Bloomberg publicó una nota titulada “Wall Street al mando (nuevamente) en la Argentina”, que aclaró así: “Los muchachos de JP Morgan y el Deutsche Bank dirigen la nueva Argentina”.
“El Estado es un enemigo”, decía Milei; le faltaba decir: “para los que necesitan una economía desregulada y de libre entrada y salida de capitales para el saqueo y la especulación financiera”. Pero el Estado que no regula y otorga “libertad” de movimiento a los capitales es, a la vez, el acérrimo enemigo del salario de los trabajadores, que lo deja librado a la tiranía patronal.
Bajo el sistema capitalista, el Estado se convirtió en el instrumento más preciado de dominación para los dueños del capital. Frente a crisis como la que sufre la economía capitalista mundial, y la argentina en particular, endeudada y sometida por el capital imperialista, el carácter “benefactor” del Estado deja de funcionar. Los capitalistas necesitan cada vez más de “su” Estado para defender sus negocios y el crecimiento de su patrimonio. En síntesis, cuando la torta de riqueza es pequeña, al movimiento obrero, a los sectores populares y a la clase media les dejan servicios e infraestructura públicos deteriorados por desfinanciamiento crónico.
Milei es enemigo del Estado llamado “benefactor”, pero él esconde que se rendirá a los pies de un Estado que otorgue libertad al capital y reprima cualquiera acción independiente de las masas contra el poder de turno.
La “casta” que denuncia Milei estará a su servicio y al de los inversores extranjeros. La evidencia se muestra en el regreso, bajo el gobierno de Menem, de la casta neoliberal de los años 90. En el armado del futuro gobierno, Milei realizó una elección que incluye a defensores declarados de la última dictadura genocida, como su vicepresidenta Victoria Villarruel, a representantes directos de la banca y de los fondos de inversión internacionales en economía, dirigidos por el tristemente famoso “Toto” Caputo, a funcionarios ajustadores, privatistas y defensores de la mano dura del exgobierno macrista, a gente del conservador gobierno provincial cordobés y del peronismo menemista, a sectores ultraortodoxos del sionismo internacional y nacional, como los designados para ocupar las embajadas; la de Estados Unidos, por el dueño de uno de los conglomerados económicos más importantes del país, Gerardo Werthein, y la de Israel, por el rabino Axel Wahnish. Dentro de esta mezcla de castas, Karina Milei, su hermana –a quien él llama “el Jefe”–, es la armadora del proyecto político. Vale la pena recordar que La Libertad Avanza, el movimiento político de Milei, más que un partido organizado es una bolsa de gatos de “niños bien” llena de oportunistas en busca de prebendas, donde han tenido un lugar desde los ultrarreaccionarios, los racistas, los xenófobos, los antiobreros, los antisindicatos, los antiderechos de la mujer, hasta los neonazis y el sionismo.
Como presidente, Javier Milei olvidará la rebeldía manifestada en campaña electoral porque se dispone a dirigir un gobierno propatronal, un gobierno de la clase social a la que sirvió leal y disciplinadamente desde la actividad privada durante más de quince años.
Milei es muy fiel a su patronal, la Corporación América, un conglomerado de empresas –aeropuertos, agroindustrias, inmobiliaria, energía e infraestructura– de uno de los hombres más ricos del país, Eduardo Eurnekián–. Tan fiel es que Nicolás Posse –su jefe directo en la Corporación– hoy ocupa la Jefatura de Gabinete de su gobierno, acompañado por Mariano Cúneo Libarona (ministro de Justicia) y Guillermo Francos (ministro de Interior), el primero, abogado de la empresa y de la familia Eurnekián, y el otro, exdirectivo de la Corporación, sin dejar de lado al designado Guillermo Ferraro en Infraestructura, un influyente exasesor financiero. Cualquiera de ellos tiene negocios en mente y necesidad de financiamiento para sus proyectos aplazados; por lo tanto, pondrán manos a la obra con las riendas del Estado en su poder.
Según datos recogidos por Horacio Rovelli en su artículo del Cohete a la Luna, como funcionario menemista Rodolfo Barra estuvo a cargo de la privatización aeroportuaria, donde Eurnekián logró la concesión de 33 aeropuertos por 30 años, prorrogada por el último gobierno peronista hasta 2038. Hablamos de un grupo empresarial con proyectos “privados” decisivos para el funcionamiento del país, con deudas y manejos no exentos de irregularidades y menos todavía de ayudas decisivas del Estado, ese mismo Estado que ahora “NO TIENE PLATA”.
El también exministro de Justicia de Menem y jurista Rodolfo Barra, hoy en el cargo de Procurador del Tesoro, hace fila junto al asesor Sturzenegger para defender el DNU. Barra argumentó que la última reforma constitucional (1994) le brinda al Poder Ejecutivo esas atribuciones, tanto es así que “Nuestro presidente es, en un punto, una figura análoga al rey”.
Como economista, Javier Milei, comprende el estado de situación del país que recibe. Él y su corte intentarán responder de forma súper eficiente a los deseos e intereses de sus jefes. Representan el regreso al poder económico de los “muchachos de Wall Street”. La gran incógnita es si Milei sabe y puede lidiar con los desafíos que le impondrá la lucha de clases.
La pelea por los cargos, los favores, los fondos estatales y los negocios recién empieza
El “NO HAY PLATA” es una muletilla dirigida a los niños que no son “bien”, la mayoría asalariada a la que pretenden castigar cuando proteste. Pero para los niños bien la realidad es otra, se les abrió un escenario lleno de posibilidades de negocios. Desde la Corporación América hasta las bandas de las finanzas cubierta por los fondos de inversión como BlackRock y la banca asociada a JPMorgan y Deutsche Bank. Para el expresidente Mauricio Macri, que se apresuró a prenderse del triunfo de Milei para ubicar a sus compinches del PRO y de Juntos por el Cambio en cargos ministeriales o legislativos, se trata de acaparar espacios de poder y también para incidir en áreas del Estado que les faciliten sus negocios y su impunidad. Y para el grupo Techint, que financió la campaña de Milei y que se postula a controlar YPF, punta de lanza en Vaca Muerta.
También se anuncia el desembarco del empresario e inversor Elon Musk con Starlink, su red de Internet satelital. Y desde Uruguay, país donde reside, Marcos Galperin, empresario y fundador de Mercado Libre, aplaude con bombos y platillos cada medida e iniciativa del nuevo gobierno, y en la puja entrarán más:
… los “emprendedores” de las finanzas y las telecomunicaciones locales se prenden por donde pueden del gobierno, y las corporaciones que controlan monopólicamente los sectores claves de la economía –exportadores, alimentarias, automotrices, bienes intermedios, etcétera– ejercen su poder real condicionando al nuevo gobierno a partir del desabastecimiento y la remarcación desenfrenada de precios, posicionándose así ante la próxima devaluación. A este ejercicio del poder directo se suman las corporaciones multinacionales norteamericanas con inversiones en el país. Lideradas por el JP Morgan, reclaman un tipo de cambio subsidiado para saldar su deuda de 56.000 millones de dólares, acumulada en concepto de importaciones que en más de un 60% se han originado dentro del complejo multinacional respectivo y tendrían que ser financiadas sin subsidio alguno y por sus respectivas casas matrices…
Mónica Peralta Ramos, Cohete a la Luna
Las bombas financieras y la hiperinflación para justificar el robo y expropiación a los trabajadores
Milei y su banda delinearon un esbozo de la pintura que quieren del país. Cumplir las órdenes desde los Estados Unidos y el FMI que, por ahora, no contemplan ni la dolarización ni destruir el Banco Central. La casta mileísta primero que nada se preocupó por las Leliqs (Letras de liquidez), los pases pasivos –como las designen no importa–, que son instrumentos financieros que rinden intereses bien por encima de la inflación. No son herramientas de trabajo para producir bienes o construir obras, tampoco son planes sociales; son “papeles” que acaparan los bancos e inversores privados. Esos papeles representan billones de pesos apropiados de la riqueza que a la mayoría asalariada le cuesta sangre, sudor y lágrimas producir. Billones de pesos que necesitan ser resguardados, porque sus actuales poseedores (la banca e importantes inversores) no solo no quieren quieren perder plata; también quieren más plata.
El nuevo gobierno ideó el mecanismo como forma de transferencia de esa deuda privada a deuda pública . También las medidas de Caputo, que impulsan la inflación en vez de reducirla, es otro mecanismo de transferencia de riqueza desde los asalariados hacia el sector minoritario más rico. Esas son las razones de tanta cháchara mediática sobre los “desequilibrios macroeconómicos”.
Cada uno de los desequilibrios anunciados como bombas al borde de explotar son, en realidad, renta apropiada por esa minoría, incluida la deuda que quiere cobrar el FMI. Los anuncian como peligrosas bombas económicas que afectarán a la sociedad para infundir incertidumbre, confusión y temor a las masas, mientras los buitres se preparan para llenarse los bolsillos. Las prioridades de Milei son sus patrones y sus futuros clientes, los inversores financieros extranjeros, los bancos y el capital concentrado.
“Yo creo que sí hay plata pero depende para qué”. Los bonos de la deuda, en el día de hoy, están subiendo muy fuerte. Lo mismo ocurre con las acciones. Los bonos CER se ajustan por inflación, por lo tanto, van a tener una enorme ganancia con esta subida. Con las letras internas del BCRA, lo mismo. Los bonos duales se ajustan por el mayor valor entre dólar o inflación. Hay plata para todo esto. Si no alcanza, está la plata del Tesoro Nacional y lo del Presupuesto. Le darán a la “maquinita” y el Banco Central emitirá todos los pesos necesarios para hacer frente a esos vencimientos; algunos serán renegociados a tasas más altas que las actuales…
… cuando se habla de “No, bueno, acá hay un ajuste, lo tenemos que pagar todos”, efectivamente no es así. Las familias hoy están preocupadas y el segmento financiero está de fiesta.
Ismael Bermúdez, economista, analista económico, periodista y profesor.
Con el plan de gobierno de Milei, la pelea por los fondos públicos que le quedan al Estado –obligado a acumular dólares (que obviamente el país no emite) para pagar la deuda externa– se proyecta en varios frentes, no solo en el de los asalariados; también incluirá a un sector de la industria, del agro y del comercio, y a la clase media. La minoría superconcentrada y monopólica de la economía, que nunca dejó de acumular riqueza a costa del empobrecimiento general y la presión contra un gobierno conciliador como el de Fernández-Massa, será la única con espalda suficiente para soportar lo que viene. Porque lo que viene para la gran mayoría de la población es la inflación subiendo: se pronostican subas del 20% al 40% mensual para el primer trimestre de 2024.
Las espaldas también deberán ensancharse para el gobierno de Milei
Según las encuestas, el DNU tiene un rechazo del 70%, manifestado además por la reacción inmediata en las calles. Y según el analista político Ignacio Zuleta, de Clarín, suplemento económico:
Se votó un cambio, pero un cambio de gobierno, no un cambio de país, como imagina Milei en los prolegómenos de su decreto. Allí afirma los términos de una guerra cultural contra el colectivismo y en repudio de los últimos 100 años de historia. Esa historia es la que le ha permitido ser presidente por un dominó institucional tan sólido que hasta soporta la debilidad de un presidente sin votos propios, sin partido, sin legisladores, sin gobernadores y sin equipo propio, que se recluta entre amigos, familiares, patrones y empleados…
La Argentina tiene el sistema más sólido de la región y de los más sólidos del Occidente europeo. Asegura alternancia de gobiernos de distinto signo y hasta la extravagancia de un Milei...
Zuleta ve que hay un régimen democrático burgués sólido pero un gobierno súper débil. Esa gobernabilidad institucional que en estos días sostiene a Milei puede quebrarse solo por la vía de la movilización de masas. Las peleas (no solo salariales, sino los cientos de conflictos de intereses en pugna) contra el cambio propuesto por Milei, que no se resuelvan en los despachos institucionales –a lo que se abocan con fervor el conjunto de las direcciones políticas y sindicales–, serán motivo de movilización en la calle. Con la inflación en alza, la probabilidad es a mayor masividad y combatividad. Esa “gobernabilidad” ofrecida por peronistas, radicales, exPRO y otros, también la sustenta la CGT, que se vio obligada a llamar a la huelga general para los próximos días, prometiendo un millón de trabajadores en las calles.
Un alto porcentaje de los votantes de Milei integran la masa de jóvenes asalariados expulsada de la legislación laboral
El principal regalo del gobierno peronista de Unión por la Patria a su sucesor son los trabajadores informales, sin convenios laborales y salarios bajísimos.
El excandidato a la presidencia y exministro de Economía, Sergio Massa, consideró a esa masa laboral, a ese “capital humano”, la punta de lanza de su plan económico y de su futuro plan de gobierno, si ganaba. El alza de la actividad económica pospandemia, que tanto entusiasmó a empresarios monopólicos, medianos y chicos además de contar con las subvenciones del Estado, con contratos para obras públicas y con la complicidad de la dirigencia sindical, contó con los asalariados pobres. Los asalariados que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas constituyeron el motor para la reactivación económica que el sector industrial y el de la construcción celebraba, por los beneficios de una sobreexplotación laboral inédita en la historia del país.
Posiblemente me quede corto. Primero, porque tenemos 45% de pobreza con ayuda del Estado. Si la ayuda disminuye y tenemos una inflación proyectada para el próximo año del 300 o 400%, podríamos llegar a tener una pobreza superior al 65%.
Ismael Bermúdez
Un último aspecto a tener en cuenta: el judaísmo de Javier Milei
Milei es muchos personajes en uno solo; tiene delirios místicos, pretende identificarse –porque lo repite hasta el hartazgo– como el archienemigo del comunismo, no quiere pactos con “comunistas”, señala con ese mote a una amplia gama de dirigentes políticos, sindicales y gobernantes, progresistas y no tanto, y en verdad fervientes defensores y/o sustentadores del sistema capitalista-imperialista mundial. También sumó en su lista de comunistas al papa Francisco, quien desde el Vaticano ejerce el gobierno del principal baluarte del capitalismo mundial, la Iglesia Católica, con su prédica permanente a favor de la conciliación de clases, o sea, en contra de la lucha de clases.
A Milei no le falta nada para convertirse en un “personaje” que alimenta la curiosidad de los medios internacionales y que, con su triunfo, se convirtió en un faro de los grupos de ultraderecha/neonazis/ultrareaccionarios que pululan en el mundo.
Criado como católico y educado en escuelas religiosas, apenas dos años atrás inició su conversión al judaísmo. Algunos analistas consideran que esta conversión es un elemento clave de su construcción política. En su campaña electoral usó simbología acorde a la liturgia judía, con la música, con las leyendas en idioma hebreo y con las banderas del Estado de Israel.
Pero el de Milei no es cualquier judaísmo. Inició su conversión en el Movimiento Betar, que es una corriente juvenil, sionista y revisionista, vinculada al partido de Benjamín Netanyahu, el Likud del Estado de Israel. Los asesores de Javier Milei, el economista exmenemista Darío Epstein y también el empresario Eduardo Elsztain lo vincularon con el movimiento Jabad Lubavitch, una corriente ultraortodoxa con origen en Estados Unidos, que aumenta su influencia en el mundo en una red que se contacta con los círculos de poder económico y político de varios países.
Esta conversión puede tener varias razones a la vez, desde alimentar la vena mística del personaje excéntrico creado por Milei hasta forjar alianzas con los grupos megaempresariales del país, de Estados Unidos y del mundo. Pero fundamentalmente compromete a la Argentina con la guerra de exterminio ejecutada por el gobierno sionista, criminal, colonialista de Netanyahu contra la población palestina. Y como primer paso, Milei resolvió trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén para validar la política colonial y genocida israelí: “Tengo la intención de cumplir mis compromisos. Jerusalén es la capital de Israel y el traslado de la embajada a la Ciudad Santa simboliza a mis ojos nuestro reconocimiento de este hecho”, declaró al semanario ortodoxo Kfar Jabad.
Para saber qué es lo que viene hay que comprender al capitalismo dependiente argentino
La dependencia creciente de la economía argentina a los dictados de los Estados Unidos y de las potencias europeas es la principal fuente de decadencia del país.
Esta dependencia se fortaleció con cada endeudamiento con el FMI y otros organismos imperialistas. La semicolonización y extranjerización de nuestro patrimonio creció, es decir, los resortes de la economía (la actividad agroindustrial, la industria automotriz, la minería, la banca, etcétera) son propiedad del capital financiero imperialista, en algunos rubros asociada a los monopolios nacionales.
La soberanía no pasa solo por defender Aerolíneas Argentinas, al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) o a Télam –la agencia estatal de noticias–, sino por expropiar esos capitales, con los que dominan la estructura productiva, energética, minera y agropecuaria nacional. La última deuda externa tomada del FMI fue declarada a viva voz ilegítima, impagable, un fraude, pero sin embargo las medidas dictadas para cumplir sus metas definieron la política de hambre y miseria que sufrió la mayor parte de la población. Por si fuera poco, la mayoría de los economistas y políticos burgueses coincidieron en la imposibilidad de cumplir con los planes de pagos por el endeudamiento –creado en su mayor parte durante la presidencia de Macri–, pero igual continuó el espectáculo montado para disfrazar el saqueo a los bolsillos de la mayoría del pueblo argentino. El espectáculo consistió en disimular los planes de ajuste y la creciente inflación detrás de las disputas electorales, los insultos y las peleas mediáticas.
Mientras los medios distraían a la población con ese circo, la deuda usurera se pagó con miles de millones de dólares y puntualmente. El espectáculo mediático sirvió también para ocultar los negocios de los patrocinadores de la candidatura del ministro Massa, como los grupos empresarios locales que lideran Manzano, Vila, Brito, Mindlin, Haddad, Eskenazi, De Mendiguren y otros, que aprovecharon una situación inédita en relación a los “costos laborales” (los salarios más bajos de la historia, los contratos basura, etcétera) y a la oferta disponible de mano de obra, entre otras ventajas.
En abril de este año, en nuestro boletín Punto de Partida, en una nota titulada “El agujero negro por donde se hunde la economía argentina se llama capitalismo imperialista”, decíamos:
Las medidas económicas que implementa el ministro de Economía Massa solo atienden a esas exigencias, responde con beneficios a las presiones del empresariado y de la burguesía del campo, y al mismo tiempo recrudece el ajuste contra la mayoría trabajadora. Esto no impide que crezcan las dificultades para afrontar los vencimientos de la deuda, por eso se suman más restricciones fiscales y monetarias que no solo aumentan los padecimientos de millones de trabajadores y pensionados sino que además hipotecan su futuro y el de los recursos nacionales.
Uno de los más destacados defensores de lo indefendible, el secretario de Industria y Desarrollo productivo, el empresario De Mendiguren, al referirse a los altos niveles de inflación, señaló que “se nos escapó la tortuga”, una evasiva de libre interpretación, que en realidad significa lo poco que les importa que exista más del 40% de la población pobre… Un De Mendiguren que se lamentó de la incomprensión de sus colegas…, porque este gobierno durante la pandemia les pagó los salarios con fondos públicos. Fernández-Guzmán subsidiaron a la [gran] patronal…
Y citábamos a Horacio Rovelli, que en Cohete a la Luna señalaba:
Toda la asistencia a las personas del gobierno nacional (que es una de las razones principales por la que no se produce un desborde social) se estima en el presupuesto en 3,1 billones de pesos. Y el subsidio al campo de 1,1 billones de pesos a lo que le sumamos los 1,2 billones de pesos a los bancos representan el 75% de las transferencias a familias.
La diferencia es que en las transferencias a familias se trata básicamente de los 18.679.605 de pobres y 3.859.816 de indigentes que informa el INDEC en el año 2022, en cambio, esencialmente, los exportadores que reciben el subsidio son 209 empresas y 10 bancos privados.
Con Milei como presidente, el plan es pagar al FMI y al resto de los acredores con los dólares que resulten de la venta del patrimonio nacional, a la que restarán el costo de las comisiones. Así de simple y con una pintura de país muy distinta a la que nos quieren hacer creer.
Jorge Fontevechia, dueño de medios, en su editorial de Perfil, señaló:
…a Argentina se le agregaron una serie de ventajas estratégicas que no tenía hace cincuenta años, al inicio del registro de su decadencia: primero la siembra directa y las semillas transgénicas, que le permitieron multiplicar la producción exportadora agrícola en los últimos veinte años, el aumento del precio de las materias primas, que generó una década de mejoras en toda Latinoamérica, a lo que suma en los últimos años Vaca Muerta, la minería por la electromovilidad con cobre y litio, y la ventaja que dio la universidad pública gratuita durante tantos años para nuestra economía del conocimiento.
Argentina está en la puerta del fin del ciclo largo de decadencia cuando justo Milei lee equivocadamente y produce un ajuste que generará un dolor innecesario en parte de la sociedad, la misma que ansiosa y cansada de tanta decadencia pudo haber terminado votando por su verdugo…
Notas
(1) La Hidrovía abarca 3.442 kilómetros de ríos navegables que recorren Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. En territorio argentino hay, además, decenas de puertos privados. Por ese sistema fluvial-portuario circula, junto al contrabando y el narcotráfico, lo fundamental de la producción agropecuaria e industrial del país y de las exportaciones.