22/10/23

El ataque al Hospital Baptista al-Ahli al-Arabi en Gaza

 Todos los políticos occidentales que han declarado su apoyo incondicional al esfuerzo bélico de Israel contra el pueblo palestino tienen la sangre de estos niños en sus manos.”

 Palabras dichas por el Dr. Ghassan Abu-Sittah. Cirujano plástico y reconstructivo, voluntario británico-palestino de Médicos Sin Fronteras, en la rueda de prensa posterior al ataque.

 

Las masas árabes salieron inmediatamente a las calles después de perpetrada la masacre de decenas de familias palestinas, cobijadas alrededor del edificio hospitalario de Gaza. En la región estallaron movilizaciones en abierto desafío a la potencia militar de las fuerzas armadas de Israel y al escudo de defensa “occidental”, que implica intervenciones militares “humanitarias” en pro de la democracia, bajo el cual se sometió durante décadas a los pueblos de la región, pero muy en particular a los palestinos.

El alzamiento de masas que recorre los países de la región, le demuestra a Netanyahu y su banda de nazis en el gobierno, que la guerra no será solo contra los dos millones de palestinos. Los pueblos de Oriente Medio están decididos a impedir al régimen colonial israelí que el histórico asedio, bloqueo, represión y matanza indiscriminada contra el pueblo palestino, con la excusa del ataque de Hamas a los kibutz, se convierta en masacre de cientos de miles.

En abierta oposición al conjunto de los dirigentes de las potencias occidentales imperialistas y también de los países sometidos (permanentes defensores del enclave y su política de apartheid), millones se manifestaron, salieron a las calles y quemaron sus embajadas, gritando al mundo lo que las redes y los medios pretenden esconder: que en la Franja de Gaza se está llevando a cabo un verdadero genocidio a cielo abierto, que bajo una supuesta declaración de guerra se ejecuta la aniquilación de un pueblo, que como gritan en muchos lugares del mundo “No es una guerra, es un genocidio”.

El ataque del martes último al Hospital Baptista Al-Ahli, donde se refugiaban familias palestinas de los misiles y bombas israelíes, terminó con la solidaridad que todavía lograba atraer para sí este régimen militar racista, colonial, opresor y criminal, después del ataque militar de Hamas el último 7 de octubre. Y mientras escribimos estas líneas otra explosión y destrucción de una iglesia ortodoxa, mató a casi un centenar de palestinos refugiados en el lugar.
 
 

Israel, un estado militarizado

 
En Israel, desde 1948 la limpieza étnica es más que una política, es una forma de vida;
 y su práctica ininterrumpida criminaliza al Estado, no solo sus políticas.
 
Ilan Pappé, historiador, activista político, Conversaciones sobre Palestina, 2016.
 
El Estado de Israel desde el año 2018 se convirtió en Estado nación judío, por una ley constitucional por la cual la población árabe-palestina y otras minorías pasaron a convertirse en ciudadanos de segunda clase, y más grave aún, esa ley le dio respaldo a los llamados “colonos” judíos en territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén oriental, por la cual “el Estado considera el desarrollo de asentamientos judíos como un valor nacional y actuará para estimular y promover su establecimiento y su consolidación”.[1] Los llamados colonos no son más que la avanzada armada del ejército de ocupación israelí, una especie de bandas paramilitares.

Ese cambio constitucional y el plan de reforma judicial cuestionado por amplias capas de la sociedad israelí, fueron impulsados por Benjamin Netanyahu y los ultranacionalistas que lo secundan con el fin de acaparar más poder, debilitando a la Corte Suprema como a los tribunales del sistema legal; demuestran al mismo tiempo, que esta camarilla dirigente de Israel se preparaba desde algunos años para este asalto, ocupación de los territorios y aniquilación de palestinos en nombre de la supuesta “única democracia” regional.

Las atrocidades cometidas contra el pueblo palestino no comenzaron el 7 de octubre, desde ese día el gobierno israelí cree haber encontrado el motivo para iniciar la aniquilación en masa de gazatíes, bajo el cínico “derecho a defenderse” del conjunto de la sociedad judía militarizada, que sale a reclamar al mundo solidaridad por las atrocidades cometidas por Hamas contra abuelos, jóvenes y bebés israelíes, pero que como describía y denunciaba el historiador y activista israelí Ilan Pappé en su libro:
 
Para la sociedad israelí los palestinos y palestinas son un objetivo militar, un riesgo para la seguridad, y una bomba demográfica. Esta es una de las principales razones por las que la limpieza étnica es una ideología considerada por la comunidad internacional, después de la Segunda Guerra Mundial, como un crimen espantoso y que puede llevar al genocidio,” …

Ya sea que se expulse o se masacre a la población, niñas y niños incluidos, es necesario percibirlos como objetivos militares y no como seres humanos.”… “lo que más corrompe a la juventud israelí es el adoctrinamiento que recibe, que deshumaniza totalmente a los palestinos y palestinas. Cuando un soldado israelí mira a un bebé palestino, lo que ve no es un bebé: es el enemigo”.
 
Este adoctrinamiento es la base de la propaganda israelí destinada a justificar la declaración de guerra contra un pueblo, alzando la bandera de lucha contra el “terrorismo”.
 
 

Las masas árabes no dudaron sobre la responsabilidad de Israel en el crimen de guerra cometido en el ataque al Hospital

 
Los movimientos y organizaciones en favor de la causa palestina se han extendido por el mundo, lo cual ha permitido en esta oportunidad romper la barrera de la desinformación agigantada por el poder de los medios y del lobby israelí, y tanto en las principales ciudades europeas, como también de los Estados Unidos, Canadá, Colombia o Brasil, decenas de miles de manifestantes se lanzaron a la calle contra los crímenes atroces de las fuerzas armadas israelíes como el perpetrado en el Hospital, y esto a pesar de que en muchos lugares fueron prohibidas, como en Francia y en Alemania donde incluso se ha prohibido usar la bandera palestina. En uno de los edificios del Congreso en Washington, los jóvenes levantaban la consigna “Terminen el bloqueo de Gaza, el sionismo es igual al fascismo, los judíos estadounidenses ahora piden un a cese al fuego en Gaza”. En la gran mayoría de ellas intervino la policía para desalojar, reprimir e impedirlas.

El ataque al Hospital abrió la brecha de la plena solidaridad con Israel, el presidente irlandés Michael Higgins se pronunció a favor de investigar el ataque contra el Hospital como un crimen de guerra. Crecen los pronunciamientos de artistas, estudiantes, organismos de derechos humanos e intelectuales, pidiendo un alto al fuego en Gaza, la Federación argelina de fútbol aplazó sus actividades hasta nuevo aviso en solidaridad con el pueblo palestino, y aumentarán cada vez más las expresiones de repudio al genocidio y solidaridad con la causa palestina.
 

Los realineamientos de los distintos gobiernos de la región y de las potencias imperialistas

 
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se pronunció desde el inicio de este último conflicto israelí-palestino, en contra de los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza y contra los asentamientos civiles israelíes, se propuso como mediador y criticó al secretario de Estado de los Estados Unidos, al hacer público durante un Foro de Negocios, una conversación entre el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y su contraparte turca, Hakan Fidan, en la que Blinken habría insinuado que considera sus relaciones con Israel desde una perspectiva judía en lugar de su papel como secretario de Estado. Erdogan planteó esta cuestión al preguntar retóricamente qué ocurriría si él abordara la región desde una perspectiva religiosa, como musulmán.

Por otro lado, una seguidilla de visitas de primeros mandatarios (de Alemania, Reino Unido, etc.) a Israel en pleno conflicto, demuestran una vez más, el apoyo a la política colonial del Estado de Israel: la primera fue de Biden que también acompañó su defensa a Israel “inquebrantable como una roca” con el envío de dos portaviones de los más avanzados tecnológicamente, el despliegue de aviones caza, equipos, municiones y la aprobación unánime en el Congreso norteamericano de un paquete de ayuda de 14 mil millones de dólares.

 La visita del presidente norteamericano fue casi en simultáneo con el ataque al Hospital. La llegada de Biden a la región se dio cuando estallaban movilizaciones de furia contra esa masacre, lo cual obligó a las autoridades jordanas a suspender la reunión planeada de Biden con Mahmoud Abbas el presidente de la Autoridad palestina y el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi. Estos dirigentes cancelaron la reunión cuando ya las calles de Cisjordania, el Cairo, Irak, el Líbano, Jordania, Yemen e Irán, se cubrían de cientos de miles de personas en apoyo a los palestinos al grito de ¡No a la ocupación, No a los Estados Unidos!

El cinismo imperialista se expresa cada día del sitio y bombardeo a Gaza, pero ha quedado manifiesto de manera fiel con las negociaciones para la apertura del paso fronterizo de Rafah en frontera con Egipto; Biden alardeaba de haber logrado que Israel permitiera el ingreso de agua, alimentos y medicina… El Estado sionista permitió el ingreso el 21 de octubre de 20 camiones, la OMS (Organización Mundial de Salud) calcula que se necesitan 2 mil, es decir, ingresó el 1% de lo que se necesitaría ¡Ese fue el gran logró de Biden en sus negociaciones! ¡Se cae a pedazos su careta de la ayuda humanitaria!

También viajó para brindar apoyo a Israel, la alemana Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión europea, que se reunió en Tel Aviv con Netanyahu y se limitó a decir que confiaba en que las decisiones que tomara demostrarían que el país “es una democracia”. Esta declaración de Von del Leyen provocó problemas y reacciones en su contra dentro de las instituciones europeas que vienen de mal en peor desde la guerra de Ucrania, la difícil situación económica y sus consecuencias en la zona euro. Según la corresponsal en Bruselas del diario catalán La Vanguardia, “su actuación ha abierto una crisis institucional con el Consejo, creado confusión en la región y en el sur global, donde sus palabras se han interpretado como un doble rasero a la hora de juzgar a Rusia y a Israel.”
 
 

Hamás “derribó la puerta de la sala de negociaciones”[2]

 
El ataque de Hamas se produjo en el momento que Arabia Saudita negociaba la normalización de las relaciones con Israel, a cambio de cooperación en materia de seguridad y apoyo para su naciente programa nuclear de parte de Estados Unidos.
 
Desde 2020 varios países de la región habían iniciado la normalización de relaciones con Israel, desde los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, hasta Sudán y Marruecos. Esa situación también ayudó al gobierno israelí a encarar en mejores condiciones una ofensiva contra Hamas y la autoridad palestina. Además, estaba en curso el plan fundamental, que, de concretarse con Arabia Saudita, los pilares de un “Nuevo Medio Oriente estaban cerca de completarse”.

La nueva situación del conflicto militar pone a la monarquía saudita en compás de espera, y en el marco de esta nueva declaración de guerra de Israel, si no retrocedió con su plan por tiempo indefinido, en el mejor de casos tomó una distancia considerable del posible reconocimiento y establecimiento de relaciones normales con Israel.
 

Por la destrucción del Estado sionista de Isrrael

 
Bajo la lluvia de misiles sobre Gaza, la necesidad de solidaridad y apoyo al pueblo palestino se agiganta, en particular en los pueblos sometidos por las potencias imperialistas. Israel es un espejo donde se miran los dirigentes que impulsan el sometimiento político de los pueblos del mundo para saquear sus riquezas naturales y humanas, en un sistema económico basado en la esclavitud laboral y en la recolonización de pueblos y territorios, en un capitalismo global dirigido desde las principales potencias -supuestamente democráticas- por una elite oligárquica financiera y militar y sus lacayos en los países semicoloniales.

Las masivas movilizaciones en Medio Oriente deberán convertirse en el talón de Aquiles de este Estado enclave, para obligar a las fuerzas armadas más fuertes y mejor equipadas de la región al enfrentamiento contra el invasor sionista, sumándose a la lucha de los pueblos árabes y musulmanes.

Es en el terreno de la guerra donde el Estado colonialista de Israel eligió imponer su dominación y donde deberá encontrar su tumba. Y en todo el mundo, principalmente en los países imperialistas, como cuando Vietnam, la solidaridad material y la movilización serán también determinantes para el triunfo del pueblo palestino.
 

[1] BBC News Mundo, 19 de julio de 2018, “3 claves para entender por qué es tan polémica la ley que define a Israel como un ‘Estado nación judío’”.
[2] Sumaya Nasr, BBC Servicio Árabe, 11/10/2023



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