26/4/24

El genocidio contra el pueblo palestino hace trizas la careta democrática de Estados Unidos. ¡Los estudiantes universitarios se levantan!

 



   Estados Unidos se ha ufanado históricamente de la amplitud de su democracia y ha desarrollado todo tipo de incursiones armadas en el mundo enarbolando las banderas de la defensa de la democracia. Sin embargo, las comunidades afroamericanas o los migrantes latinos en Estados Unidos conocen perfectamente la falsedad de la afirmación, y, los pueblos de Irak o Afganistán, que han padecido recientemente las agresiones militares imperialistas, pueden dar cuenta de lo poco «democrático» que ha sido el arrasamiento de sus países, o, la tortura y el horror que padecieron los prisioneros de cárceles como Abu Ghraib bajo dominio yanqui. Sin embargo, lo que ha terminado de hacer trizas esa careta democrática ha sido el genocidio en curso en Gaza. 

   En el Consejo de seguridad de la ONU Estados Unidos vetó el proyecto de resolución que buscaba la admisión del Estado palestino como miembro de pleno derecho, el cual había sido votado por amplia mayoría -12 votos a favor, abstención del Reino Unido y Suiza-; además, ha vetado en 3 ocasiones proyectos de resolución que pedían un cese al fuego en Gaza, y, como si fuera poco, votó en contra de una resolución de la Asamblea General de la ONU de diciembre pasado que pedía un cese al fuego inmediato, la cual fue apoyada por 153 países. Todas estas han sido lecciones muy contundentes de lo que Estados Unidos entiende por democracia y de para qué sirven los «democráticos» organismos internacionales. 

   Hasta la fecha cerca de 35.000 palestinos han sido asesinados en Gaza y existen por lo menos 7.000 desaparecidos bajo los escombros, por lo que la cifra superaría los 40.000, más del 70% de ellos han sido niños y mujeres. Así mismo, 30 niños han muerto por física hambre y sed, mientras buena parte de la población se alimenta de maleza y bichos; las cifras de periodistas y de miembros de agencias humanitarias asesinados no tienen precedentes. Por donde se mire se encuentran las huellas de un genocidio en curso. Frente a esos hechos el gobierno Biden, con un amplio apoyo bipartidista en ambas cámaras del congreso, han aprobado -tan sólo en este mes- 26.000 millones de dólares más en asistencia militar a Israel, han autorizado el envío de 2.000 bombas de 2.000 libras (MK84) y gestionan la venta de más armas, incluyendo aviones de combate F-15 por valor de 18.000 millones de dólares. El genocidio en curso se financia con dinero yanqui y la población palestina se aniquila con armas «Made in USA».



   Esta «democrática» ayuda al Estado genocida de Israel ha conducido a la emergencia de las mayores protestas estudiantiles en años en Estados Unidos. De costa a costa, desde octubre de 2023, se han desarrollado sentadas, acampadas, movilizaciones, plantones a favor de la causa palestina, exigiendo el cese al fuego en Gaza, el fin de la ocupación y la desinversión de las universidades en Israel y en la industria armamentista estadounidense que lo provee de recursos para el exterminio palestino. Estudiantes, profesores y egresados han ocupado los campus con particular masividad desde finales de abril, indicando que decidieron no aceptar que el dinero de sus matrículas y sus impuestos se destine a financiar un genocidio. 

   La respuesta de los gobiernos universitarios, locales y estatales ha sido la represión abierta. Cerca de 500 manifestantes han sido detenidos en algo más de una semana, se han suspendido y expulsado violentamente de los campus a los estudiantes, se les niega el ingreso a las sedes y quienes vivían en residencias estudiantiles y comían en los restaurantes universitarios han sido desalojados. La violencia se ha venido incrementando, así como las acciones para acabar con las protestas, como cercar espacios de posible concentración en las universidades o convocar a clases virtuales. Nada de ello las ha hecho aminorar, al contrario, han echado más leña al fuego. 

   Los estudiantes confrontan objetivamente no sólo el accionar genocida de Israel, también la falsedad de la democracia yanqui, que presume sus principios y valores, demanda un orden internacional basado en reglas, cuando quiebra cualquier regla, principio o valor en su respaldo al genocidio llevado a cabo por el Estado sionista. Las masivas protestas universitarias son caracterizadas como «antisemitas» por Netanyahu y por distintos sectores políticos en Estados Unidos, el problema es que en su mayoría los activistas son judíos antisionistas como los militantes de Jewish Voice of Peace.  

A los campamentos han asistido a realizar pronunciamientos públicos en apoyo a palestina judíos víctimas del holocausto -o sus familiares- usando la consigna «No en mi nombre»; del mismo modo, organizaciones sindicales y artistas. 

   La derrota política de Israel tiene una expresión muy amplia en el seno mismo de las comunidades judías en Estados Unidos, la ruina de la careta democrática imperialista se hace sentir en cada una de estas acciones de los estudiantes universitarios en suelo norteamericano y se empieza a trasladar a países como Francia. Todo ello hace posible rememorar las masivas movilizaciones estudiantiles y juveniles contra de la guerra de Vietnam que impulsaron la derrota yanqui en aquel momento. La crisis política que se profundizó para Netanyahu con el genocidio en Gaza, y que se abrió para Biden, pueden ser un punto de quiebre para sus gobiernos. Desde Perspectiva Marxista Internacional, como defensores de la causa palestina, saludamos con entusiasmo el proceso de lucha en Estados Unidos y llamamos a la solidaridad internacional con él.