Fueron 11 días en que los aguerridos indígenas junto con las masas pobres de la ciudad y del campo se adueñaron de las calles, montes, valles a lo largo y ancho de Ecuador. Al grito de ¡Fuera Moreno! ¡No al paquetazo del FMI!, enfrentaron la brutal represión desatada por los esbirros del régimen en cabeza del proimperialista gobierno de Lenin Moreno.
A pesar del engaño con que el gobierno y la burguesía intentaron deslegitimar el movimiento a través de la pérfida campaña de la “conspiración” orquestada por Correa y financiada por Venezuela para desestabilizar el gobierno, no logran quebrar la disposición de lucha de los miles de indígenas que contaron con el apoyo decidido de miles de jóvenes, mujeres y trabajadores, que ven en la medida un ataque feroz a sus condiciones de vida.
Es esta disposición a la lucha, la que obliga al gobierno a derogar el decreto 883 a través de una negociación pública inédita en la historia de el país, exigida por los dirigentes y las bases de la CONAIE, lo que constituye sin lugar a duda, un triunfo para luchadores ecuatorianos.
El gobierno profundamente debilitado, odiado por las masas de indígenas, campesinos y trabajadores, odiado por la dirigencia y cientos de activistas del movimiento Revolución Ciudadana (correísmo), despreciado por la clase media y la oligarquía ecuatoriana, unidos durante la crisis, no por el amor sino por el espanto que les produjo la insurrección de masas, quedó debilitado y con dificultades para continuar aplicando las medidas exigidas por el FMI.
El triunfo de la insurrección indígena, campesina y popular en Ecuador es un golpe contra la ofensiva recolonizadora del imperialismo sobre América Latina. Es también un ejemplo de lucha, de heroísmo para los trabajadores y pobres de la ciudad y del campo, para los jóvenes, para las mujeres que en América Latina resisten la despiadada voracidad de un sistema capitalista caduco e infame. Para los jóvenes y trabajadores chilenos que se levantan contra el capitalismo depredador. Es un ejemplo para los trabajadores argentinos que dieron su primer paso castigando al proimperialista Macri en las pasadas elecciones en Argentina y para los millones de mujeres que se movilizan contra la sociedad machista y patriarcal. Es un ejemplo para la juventud y los trabajadores colombianos que luchan por el derecho a la vida y contra los asesinatos del fascista gobierno uribista de Duque. Es un ejemplo para los millones de jóvenes, mujeres y trabajadores brasileños que se movilizan contra régimen fascista del Bolsonaro. Este proceso es objetivamente antimperialista por tratarse de una lucha contra el paquetazo impuesto por el fondo monetario internacional con el propósito de avanzar en el ataque contra la independencia política lograda bajo el gobierno de Correa, hoy profundamente golpeada por el giro a la derecha de Lenin Moreno.
Ecuador de país independiente a semicolonia bajo el tutelaje del FMI
Ecuador junto con Argentina, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Venezuela por una combinación de factores, en la década pasada se negaron a cumplir a pie juntillas las imposiciones del imperialismo norteamericano. En el 2005 derrotaron en la IV cumbre de las Américas el ALCA un acuerdo colonizante de libre comercio similar al NAFTA. Ecuador bajo el gobierno de Correa en el 2008 expulsa al ejército norteamericano de la base de Manta en un acto de soberanía nacional apoyado por el pueblo ecuatoriano.
Estas afrentas eran imperdonables para el amo de norte, no podía permitirse gobiernos independientes en su “patio trasero” y lanza su ofensiva recolonizadora. En 2009 fue derrocado por un golpe de estado el presidente hondureño Manuel Zelaya; en el 2012 un “golpe institucional” derrocó al paraguayo, Fernando Lugo; en 2015 Mauricio Macri le ganó las elecciones a Cristina Kirchner en Argentina; en el 2016 otro “golpe blando” derribó a Dilma Rousseff en Brasil. En todos estos países se impusieron gobiernos abiertamente proimperialistas.
Ecuador no es la excepción. Aunque Lenin Moreno llegó al gobierno con el programa y los votos del correísmo, en un impresionante giro a la derecha, se plega mandatos del imperialismo y de la banca internacional.
Desde la entrega al imperialismo británico de perseguido político Julián Assange fundador de WikiLeaks, pasando por la presencia permanente de militares norteamericanos en la isla Galápagos y en Manta, su participación en el grupo de Lima contra el gobierno venezolano, hasta el reciente paquetazo por órdenes de FMI, son todas estas medidas las que corroboran la entrega de la soberanía del pueblo ecuatoriano por parte del lacayo Lenin Moreno.
Una insurrección que removió los cimientos estado ecuatoriano
Fueron 11 días en que los indígenas, los campesinos, los jóvenes, en fin, los pobres de la ciudad y del campo, desplegaron toda su energía revolucionaria. Los bloqueos a lo largo y ancho del país, las tomas de las gobernaciones de las principales provincias de la sierra, la retención de destacamentos del ejército y de la policía por parte de los manifestantes.
El tapabocas con el bicarbonato de sodio para protegerse de los gases se convirtió en la prenda más usadas durante esos días. Se volvió común el desfile diario, masivo y permanente de grupos de familias, amigos, jóvenes apertrechados para el combate. Desde los neumáticos y palos para las barricadas, hasta el eucalipto para repeler el gas. Las bolsas de agua y alimento para los que permanecían día y noche en el ágora de la casa de la cultura donde se encontraban los indígenas, convertida en el comando central de la insurrección.
Mientras tanto, la oligarquía y el gobierno aterrorizados por lo radical del movimiento, al tiempo que desataban una feroz represión, ocultada por los medios de comunicación, lanzaban alaridos contra la conspiración Maduro-Correa, llegando en su delirio a ordenar la detención de 17 venezolanos acusados de terrorismo, cuando eran realmente trabajadores de Uber, por lo que les tocó liberarlos inmediatamente.
A la altura de escribir estás líneas aún no han acordado un nuevo decreto y el gobierno se alista a presentar sendas reformas, por lo que es necesario mantener la organización para evitar cualquier ofensiva.