Presentación
Desde Perspectiva Marxista
Internacional queremos divulgar (en castellano y en su idioma
original) la posición de la organización brasileña Movimento por
uma Alternativa Independente e Socialista (MAIS) (Movimiento por una
Alternativa Indpendiente y Socialista) frente a la condena a Lula y
su casi segura proscripción como candidato a presidente en las
próximas elecciones, expresada en el editorial de esquerdaonline
titulado «24 de janeiro: mais um capítulo do golpe parlamentar»
(«24 de enero: un capítulo más del golpe parlamentario»).
Lo hacemos porque tenemos coincidencias
fundamentales en su llamado a la más amplia unidad de acción o
frente único para movilizarse frente a la brutal ofensiva del
gobierno de Temer y la gran burguesía brasileña contra los derechos
y conquistas de los trabajadores y el pueblo brasileños, y en
defensa de las libertades democráticas, en especial al derecho de
Lula a ser candidato, que es el derecho de millones de trabajadores y
pobres que quieren votar por él. Consideramos que el llamado del
MAIS a que sean la CUT, el PT y el propio Lula quienes convoquen y se
pongan a la cabeza de la lucha es un buen ejemplo de la política
revolucionaria, que pone en primer lugar la necesidad de la clase
obrera y el pueblo de luchar de manera unitaria contra el gobierno y
la gran patronal.
Estas coincidencias no significan que
concordemos con todas y cada una de las formulaciones que versan
sobre análisis o aspectos tácticos contenidas en este editorial.
La traducción al castellano es
exclusiva responsabilidad de Perspectiva Marxista Internacional.
Editorial
24 de enero: un capítulo más del golpe parlamentario 1
(25 de enero de 2018)
La condena sin pruebas de Lula por la
8a sala del Tribunal Regional de la 4a Región (TRF-4) representa un
capítulo lamentable más del golpe parlamentario iniciado con el
impeachment de Dilma Rousseff sin delito de responsabilidad
comprobado.
Además de negar el recurso de defensa
al expresidente y todos sus pedidos, el resultado unánime de los
tres jueces y la ampliación de la pena a 12 años y un mes
demuestran una terrible unidad en el Poder Judicial en torno de la
Operación Lava Jato, sus métodos y objetivos reaccionarios.
La sustentación del voto de los tres
jueces de segunda instancia es una confirmación concreta de como
sectores del Poder Judicial se colocan por encima de la sociedad,
practican un discurso abierto en defensa de una meritocracia
reaccionaria, por encima de las reglas de la democracia y alimentan
un gran desprecio por la voluntad popular. En fin, una demostración
más de que la Justicia está al servicio de los ricos y poderosos.
La euforia del mercado, con alza récord
de la bolsa, y la caída del valor del dólar, es también una
demostración de quién se sintió victorioso con la confirmación de
la condena del expresidente por el TRF-4.
Y no solo el mercado se sintió más
fuerte. Al final de la tarde, poco después del cierre del juicio, el
Palacio de Planalto inició una ofensiva de agitación en Facebook y
otras redes sociales con una etapa más de la campaña en defensa de
la Reforma Previsional. El espíritu del gobierno ahora es “ir para
arriba” para conseguir los 308 votos necesarios en la sesión del
día 19 de febrero.
Todo esto ocurre en un país donde
políticos influyentes de la vieja derecha, que están probadamente
involucrados en esquemas de corrupción, como Aécio Neves, Geraldo
Alckmin y el propio presidente ilegítimo Michel Temer, no solo
siguen en el poder sino que tampoco son seriamente investigados y
procesados.
El verdadero espectáculo en torno al
juicio fue transmitido en vivo por los grandes canales de televisión,
especialmente TV Globo. Lo que vimos este miércoles fue nada más
que la continuación de este mismo golpe, esta vez contra la
candidatura de Lula, pero con los mismos actores y con los mismos
agentes involucrados.
No apoyamos el proyecto político de
Lula y de la dirección del PT. Sería muy positivo si la dirección
del PT estuviese realmente dispuesta a rever su política de
conciliación con los intereses de los ricos y poderosos. Pero eso no
está ocurriendo, ni va a ocurrir. Los líderes del PT, y Lula en
primer lugar, siguen defendiendo una política de alianza con
sectores de la vieja derecha y de los grandes empresarios, incluso
con sectores que apoyaron el impeachment. Desafortunadamente, no
aprendieron de sus propios errores; a final de cuentas, para dar solo
un ejemplo, quien puso a Temer como vice de Dilma fue la propia
dirección petista.
Pero a pesar de las duras críticas que
tenemos a la política del PT, no podemos quedar callados en este
momento de ofensiva del proyecto conservador. No estamos de acuerdo
con los sectores de la izquierda que apoyan la condena sin pruebas de
Lula o que afirman que la clase trabajadora no debe preocuparse con
este proceso.
Se equivoca también la dirección del
PT cuando busca mezclar la campaña contra los ataques a las
libertades democráticas y por el derecho de Lula de participar en
las elecciones con el apoyo político a una eventual candidatura del
expresidente en las elecciones de 2018.
Es hora de una campaña contra los
ataques a los derechos sociales y las libertades democráticas. Sería
muy positivo si Lula, la dirección del PT, la de la CUT y el Frente
Popular hicieran una campaña de hecho unitaria “en defensa de la
democracia, contra los ataques al pueblo trabajador y por el derecho
de Lula a ser candidato”.
Intensificar la lucha contra la
eliminación de derechos y los ataques a las libertades democráticas
No es hora de bajar la cabeza y mucho
menos la guardia. Evidentemente, es preciso reconocer que el día de
ayer representó un paso adelante en la profundización del golpe
parlamentario, pero el momento decisivo de esta guerra será en las
calles y no dentro de los tribunales de esa justicia reaccionaria.
La fecha de la próxima batalla ya está
marcada. El gobierno ilegítimo de Temer y su bancada en el Congreso
Nacional quieren iniciar en febrero la votación de la infame Reforma
Previsional. Quieren seguir con la aplicación de su plan de eliminar
derechos históricos de los trabajadores y de la mayoría del pueblo.
Fue exactamente para eso que dieron el golpe.
Las centrales sindicales, los
movimientos sociales combativos y los partidos que defienden los
intereses del pueblo trabajador deben preparar la resistencia a los
ataques, que vendrán con mucha más fuerza. Se puede comenzar con un
día nacional de paralizaciones y movilizaciones, con el objetivo de
construir una verdadera huelga general en el país. La lucha directa
de los trabajadores es el único idioma que los enemigos del pueblo
entienden. Tenemos que repetir y ampliar lo que hicimos el día 28 de
abril del año pasado. Si Lula está realmente preocupado con lo que
está aconteciendo con el pueblo brasileño, como afirmó en la
manifestación en Porto Alegre el día 23 de enero, debería entones
usar toda su popularidad para colocarse al frente de esta
convocatoria.
Pero ni Lula ni el PT parecen haber
aprendido la lección: no vamos a derrotar el golpe parlamentario
apostando a acuerdos con los golpistas en el Congreso Nacional,
insistiendo en una política de alianzas con la vieja derecha y con
los grandes empresarios, ni tampoco con recursos judiciales en los
tribunales de la Lava Jato.
La principal lección que podemos sacar
de lo ocurrido ayer es que la lucha contra el golpe parlamentario y
sus capítulos, la defensa de nuestros derechos y de las libertades
democráticas tendrán que ser prioritariamente, y cada vez más, en
las calles, organizando movilizaciones, paralizaciones y huelgas,
para derrotar todos los ataques que están siendo aplicados por el
gobierno ilegítimo de Temer y sus aliados.
Es la hora de afianzar una nueva
alternativa política
Defendemos la máxima unidad de acción
en las luchas en defensa de los derechos de los trabajadores y de las
libertades democráticas. Proponemos la construcción de un amplio
frente único que confronte el golpe parlamentario y todos sus
objetivos reaccionarios. El próximo paso de esta unidad debe ser
intensificar nuestra movilización para derrotar la Reforma
Previsional.
Para construir y fortalecer este amplio
movimiento unitario, de la clase trabajadora, la juventud y del
conjunto de los explotados y oprimidos, debemos estar dispuestos a
luchar al lado de aquello con los que no tenemos acuerdos políticos
estratégicos. Los intereses de la clase trabajadora y de la mayoría
del pueblo deben estar en primer lugar.
Pero esa sincera disposición a estar
juntos en la luchas no debe confundirse con hacer a un lado nuestras
diferencias políticas. Por lo tanto, la defensa del derechos de Lula
a participar en las elecciones no significa que estamos dispuestos a
apoyar su proyecto político, principalmente de conciliación con los
intereses de las grandes empresas y los bancos. Para nosotros, ¡los
golpistas no merecen perdón!
Por eso, es necesario que el PSOL
defina su candidato(a) a presidente de la República en su
Conferencia Electoral marcada para el día 10 de marzo. Por haberse
consolidado como el mayor partido de oposición de izquierda a los
gobiernos petistas, el PSOL tiene la responsabilidad de llamar a la
construcción de un frente de izquierda socialista, una nueva
alternativa de independencia de clase. Vemos también como algo muy
positivo la posibilidad de afiliación de Guilherme Boulos al PSOL y
la propuesta de que él pueda ser uno de los nombres para encabezar
esta alternativa.
La izquierda socialista necesita
encarar estos dos desafíos políticos: estar en la línea del frente
de las luchas unitarias en defensa de los derechos de la clase
trabajadora y de la mayoría del pueblo, y ser firme en la
presentación de una nueva alternativa política de izquierda
radical, socialista, que supere el proyecto de conciliación de
clases de la dirección del PT.
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Original en:
https://esquerdaonline.com.br/2018/01/25/24-de-janeiro-mais-um-capitulo-do-golpe-parlamentar/
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