La primera gran catástrofe mundial del siglo XXI
está en curso, aunque no podemos pronosticar la profundidad de su impacto, ha
puesto al descubierto la decadencia y putrefacción de un sistema económico y
social que por su sed desmedida de ganancia nos está llevando a la barbarie: EL
CAPITALISMO.
Ellos, los capitalistas, los ricos y poderosos se
preparan para salir de las crisis, descargándola sobre los hombros de los
millones de trabajadores y pobres del mundo entero. Se equivocan quienes creen
que la amenaza de extinción de la humanidad los hará reflexionar compartiendo
sus monstruosas riquezas. Como nos indica el himno de los trabajadores -La Internacional-, la salvación de los trabajadores será obra de nuestras propias manos: “No más salvadores supremos, ni
César, ni burgués, ni Dios, nosotros mismos haremos, nuestra propia redención”,
esta es una verdad que la historia ha comprobado una y otra vez, por ello les
proponemos levantar y defender como clase trabajadora el siguiente programa
para enfrentar esta emergencia:
1 - Para
enfrentar la pandemia
• Todos los recursos del sistema de salud tanto público
como privado quedan a disposición total para atender la pandemia y otros
problemas de salud que no den espera. En consecuencia, todo el sistema de salud
(incluidas EPS e IPS) así como las empresas nacionales y extranjeras que producen
y comercializan servicios y productos de salud, incluidos medicamentos, pasan
de inmediato a control del Estado, y les queda prohibido el ánimo de lucro,
deben funcionar sólo con criterio social y eficiente para resolver la crisis. Por
tanto, todo ciudadano deberá ser atendido gratuitamente, por cualquiera de esas
entidades sin importar si está afiliado o no a determinada EPS o medicina
prepagada. Los privados que se opongan a estas medidas, serán expropiadas sin indemnización
y pasaran a control del estado.
• Todas las industrias que puedan reconvertirse o
que técnicamente ya estén en condiciones de producir recursos que sean
requeridos por el sistema de salud, deben colocarse de inmediato a su
disposición. El gobierno deberá garantizar un inventario de necesidades, y
emitir una orden de producción a estas industrias. Esta producción de
emergencia será con criterio social, sin ánimo de lucro. Esto incluye:
mascarillas, tapabocas, gel antibacterial, alcohol, camas hospitalarias, unidades
de cuidados intensivos, implementos de protección para médicos, paramédicos y
personal de aseo y vigilancia de hospitales, etc.
• Todas las unidades hospitalarias que puedan convertirse
en Unidades de Cuidados Intensivos deben hacerlo. Todos los hoteles deben
quedar a disposición del sistema de salud y de quienes requieran habitación.
• El gobierno gestionará de manera centralizada
la importación inmediata de recursos hospitalarios y médicos que no se
produzcan en el país. Esto incluye kit para diagnóstico de COVID-19 para realizar
pruebas gratuitas y masivas. Para ganar poder de negociación con empresas de
países imperialistas y transnacionales, Colombia hará unidad con otros países
de América Latina.
• El gobierno buscará la cooperación científica, técnica
y económica con todos los gobiernos de América Latina para enfrentar la
pandemia, empezando por Venezuela, con la que compartimos 2.219 kilómetros de
frontera.
• El gobierno nacional y los gobiernos
departamentales y municipales deben cancelar los salarios y prestaciones
sociales que le adeudan al personal sanitario y se debe establecer una contratación
por el Estado, con todas las garantías laborales y salario profesional, de todo
el personal médico, de enfermaría y paramédico.
2 – Para
enfrentar la crisis económica y social
• Garantía de renta básica igual a un salario
mínimo legal a todos los desempleados y trabajadores informales que por la
cuarentena general se queden sin ingresos.
• Que se derogue el decreto por el cual el
gobierno centraliza y agiliza las autorizaciones de despidos masivos. En su
lugar, que se prohíba todo despido mientras dure la crisis. Que se prohíba cualquier
rebaja de salario, de la jornada o licencia no remunerada o “vacaciones”
impuestas por el patrón durante la cuarentena. Que se castigue a los
especuladores. Que se conceda licencia remunerada o autorización de trabajo
desde casa, sin ninguna desmejora salarial, a todo trabajador que no labore en
áreas esenciales en estos momentos de crisis.
• Subsidio y financiación estatal barata a las
pequeñas empresas y comercios para que cumplan estas normas de emergencia.
Reintegro inmediato de todos los trabajadores despedidos desde que inicio la
crisis de salud (ejemplo: los de servicio en tierra de Avianca, en OMA, en
empresas de aseo).
• Para los trabajadores de los servicios
esenciales que no se interrumpen durante la crisis: no sobrecarga laboral, que
se contrate personal adicional con todas las garantías (para tareas de desinfección
de vehículos y estaciones de trasporte público, etc.); pago de bonificación por
riesgo, entrega de dotación de seguridad en salud conforme instrucción médica.
• Que todas las iglesias pongan sus templos y
demás instalaciones a disposición de quienes requieran habitación, como los
habitantes de calle.
• Congelamiento de precios de medicinas y
artículos de primera necesidad. Moratoria en el pago de créditos bancarios a
trabajadores y pobres. Congelamiento de arriendos. Claudia López anuncio no
cobro de servicios públicos en Bogotá por un mes; el gobierno Duque impidió la
aplicación de la medida, se requiere al contrario que se establezca en todo el
territorio nacional y que se prolongue todo el tiempo que dure la crisis.
• A los estudiantes y profesores se les ha
conducido a un modelo de educación virtual para el que no estaban preparados,
el Estado colombiano debe asegurar la prestación del servicio de internet
gratuito para la clase trabajadora y el pueblo pobre que carece del servicio o
lo recibe con deficiencias y debe dotar de computadores portátiles a los
estudiantes de los colegios y universidades públicas del país como lo han hecho
países como Argentina con el programa Conectar Igualdad.
• Ante la crisis económica y la caída de las
bolsas de valores: estatización sin indemnización (ya se han apropiado de
demasiado dinero) de todos los fondos de pensiones y cesantías (Porvenir, Protección,
etc.). El Estado pasa a garantizar que no se pierdan el derecho a la pensión ni
lo ahorrado como cesantía por los trabajadores.
• Derogatoria inmediata del decreto 444 que crea el
FOME por que como dijo Claudia López es un “abuso
absurdo que además disminuye los recursos que deben ser para la salud y el
cuidado de la gente y los hogares”.
• El gobierno hará un Plan de emergencia
alimentario y de salud para inmigrantes y población más vulnerable, con
recursos de las empresas productoras -ganaderas y agrícolas- y
comercializadoras de alimentos, con distribución de mercados puerta a puerta en
barrios y veredas. Y, durante la cuarentena garantizará albergues gratuitos a
inmigrantes, habitantes de calle y todos los ciudadanos que lo necesiten.
3 –
Para financiar este plan
• La deuda externa del país, con bancos de países
imperialistas, es de 556 billones de pesos (equivale a más de 567 millones de
salarios mínimos mensuales, incluyendo subsidio de transporte). Sólo este año
por deuda pública y privada, en capital e intereses, habrá que pagar 26
billones (equivale a casi 28 millones de salarios mínimos con subsidio de
transporte). Esos bancos mega ricos llevan décadas parasitando de la riqueza del
país. Que se suspenda de inmediato el
pago de esta deuda, y que estos recursos queden para financiar este plan de
emergencia.
• Duque con la reforma tributaria del año pasado les
perdonó 9 billones de pesos a los grandes empresarios. Que se anule esa medida,
y estos empresarios paguen la totalidad del impuesto para financiar este plan
de emergencia.
• Las distintas iglesias se vienen beneficiando
de exención de pago de impuestos por sus templos y otras riquezas. Que se anule
esa medida, y las iglesias paguen impuesto proporcional a sus riquezas y a sus
grandes ingresos por aportes de sus feligreses.
• Los bancos como Bancolombia, Banco de Bogotá, grupo
Aval ganaron más de 7 billones de pesos el año pasado. Sólo Luis Carlos
Sarmiento aumentó su riqueza en 3 mil millones de dólares. Que al sector
financiero se le imponga un impuesto por esta emergencia por el coronavirus y
la crisis económica equivalente al 50% de sus ganancias. Y se imponga un
impuesto progresivo a todas las grandes fortunas y ganancias. Los bancos y
entidades financieras que se opongan a estas medidas, serán expropiadas sin
indemnización y pasaran a control del estado.
• Que se suspendan todos los planes asociados a la
aspersión aérea con glifosato y erradicación forzada impuestos por Trump. Y que
esos recursos sean para este plan de emergencia.
• Que se expropie sin indemnización a las
empresas -nacionales o extranjeras- que saboteen o se resistan a acatar las
medidas del plan de emergencia.
• Es abyecto y propio de un gobierno de lacayos
que Duque declare su apoyo a la agresión militar imperialista a la República
Bolivariana de Venezuela, pero es doblemente criminal que lo haga en medio de
la actual situación de calamidad y urgencia. Los trabajadores debemos exigir al
gobierno Duque que respete la soberanía nacional venezolana y colombiana,
impedir que nuestro suelo se preste para cualquier tipo de amenaza al
territorio del hermano país y que se destine cualquier recurso con ese fin. Los
recursos nacionales deben estar al servicio del pueblo colombiano y de la
solidaridad y fraternidad con los pueblos pobres de América Latina y el mundo,
no del lado de las armas y la provocación de los países imperialistas. Criminal
será cualquier intervención militar contra Venezuela como criminal es el
bloqueo y las sanciones económicas sobre esta nación y sobre Cuba ¡Exijamos su
terminación inmediata¡
• El presupuesto para la guerra, por ejemplo, la impuesta
por Trump contra el narcotráfico que impulsa todas las formas de violencia en
los campos colombianos, o la guerra que desarrollan los sectores burgueses en
el poder para reprimir las justas luchas del pueblo trabajador debe ir al
servicio de salud y la atención de las comunidades más pobres. Solamente para
el mantenimiento del ESMAD se destinan 490.000 millones de pesos al año, como
si esto fuera poco el gobierno Duque destinó 7.900 millones para comprar nuevas
tanquetas; todos estos recursos y el consecuente desmonte del ESMAD, asegurarían
en estas circunstancias la alimentación de miles de familias que lo requieren
con urgencia.
• Que la CUT acoja la propuesta de FECODE de aportar
por parte de todos los trabajadores un día de salario para el FONDO DE SOLIDARIDAD
HUMANITARIA.
4 –
Para que no se roben la plata del plan
Las declaraciones de Aida Merlano y del “Ñeñe” Hernández
confirmaron el secreto a voces: el régimen político de este país, empezando por
el gobierno de Duque, está y ha estado montado sobre la total corrupción, como
lo dijo Petro: “El presidente ejerce un
mandato ilegítimo”. Los políticos de los partidos que han gobernado a este
país no sólo han estado al servicio de la oligarquía y se han beneficiado de la
explotación a los trabajadores, sino que, insaciables, roban a diestra y
siniestra. Por eso, para que todos ellos, en cabeza del gobierno de Duque, no
se roben los recursos del plan de emergencia, para que no impongan un plan que beneficie
a los ricos y haga que la crisis la paguemos los de abajo, es necesario ejercer
control y vigilancia por parte de los trabajadores, los pobres y la comunidad científica
y médica.
• Que el Comité Nacional de Paro, en
representación del movimiento obrero, campesino, indígena, juvenil, popular y
de las mujeres, encabece una acción de control y vigilancia sobre todos los recursos
del plan y su ejecución.
• Que, desde las universidades, los sindicatos
del sector salud y la comunidad científica se establezca una comisión de
expertos en salud para la orientación estratégica del plan de choque contra la
pandemia.
• Que el gobierno de Duque se someta a la
vigilancia y control del Comité Nacional de Paro y de la Comisión de Expertos
en Salud en todo lo relacionado con la ejecución y manejo del presupuesto del
plan de emergencia.
• Que en los barrios populares y de trabajadores se
organicen redes de solidaridad con los vecinos para colaborarse durante la
emergencia, para ayudar a cuidar a los ancianos y a los más desprotegidos,
empezando por los inmigrantes venezolanos, víctimas de xenofóbicas campañas de
discriminación, y para ayudar a vigilar y controlar desde la base la ejecución
del plan de emergencia y gasto del prepuesto. De igual forma se deben organizar
estas mismas redes en los lugares de trabajo y en las organizaciones
sindicales. Los trabajadores sindicalizados debemos ser ejemplo de solidaridad
con nuestros hermanos de clase: trabajadores informales, vendedores ambulantes,
inmigrantes y el pueblo trabajador más empobrecido.
Conquistar un plan como este para garantizar que la
pandemia y que la crisis no la terminemos pagando los de abajo, dependerá de la
lucha. Lucha que no puede olvidar en estos momentos los asesinatos de líderes
sociales como el del dirigente campesino Marco Rivadeneira o masacres como la ocurrida
contra los presos de la cárcel Modelo. En las actuales difíciles condiciones
debemos ser creativos para ejercer la fuerza de nuestra movilización.
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