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19/10/23

Los revolucionarios y la lucha del pueblo palestino

 




El Estado sionista de Israel tiene una sola política para los palestinos: el exterminio

 El cinismo y la hipocresía de los medios de comunicación imperialistas no tienen límites, en medio de sus informaciones sobre la masacre que el Estado sionista de Israel lleva a cabo contra los palestinos -que de forma empalagosa denominan «derecho de respuesta de Israel» o «guerra contra Hamas»-, han publicado declaraciones como la de Yoav Gallant, ministro de defensa sionista, que denominó a los palestinos «animales humanos» o las del primer ministro Benjamín Netanyahu que los llamó: «monstruos sedientos de sangre que quieren aniquilarnos», sin hacer el más mínimo comentario al respecto… si esas mismas declaraciones las pronunciara alguien para referirse a los sionistas sería acusado de antisemita o nazi. Los sionistas, por el contrario, sí tienen libertad para animalizar y barbarizar a los palestinos.

 
Pero no sólo eso, acompañando tales declaraciones han expresado la política del Estado sionista para Palestina sin el menor sonrojo; Gallant dijo con total tranquilidad que para Gaza -con una población de 2 millones de habitantes-: «no habrá electricidad, ni comida, ni agua, ni combustible, se cerrará todo»… es decir, se arrasará a la población palestina sin ninguna piedad. Esos ilustres dignatarios sionistas son pomposamente ubicados como representantes de «la única democracia en medio oriente». Queda claro entonces qué es la democracia capitalista: muerte y destrucción para los pueblos oprimidos.
 
Pero esa política y esas formas «democráticas» no aparecieron luego del ataque de Hamas a Israel, son tan antiguas como el Estado sionista mismo. Sin embargo, sí se han expresado más abiertamente con la llegada al poder de los ultranacionalistas judíos, que no tienen bozal para enunciar sus sueños colonialistas y ponerlos en práctica. Bezalel Smotrich ministro de finanzas del Estado sionista estuvo en París en marzo pasado, este supremacista judío habló exhibiendo un mapa en el se que incluía a Israel, los otros territorios palestinos ocupados y el territorio de la actual Jordania. Es decir, el proyecto colonial del sionismo no sólo anhela apoderarse de todo el territorio palestino y borrar del mapa a sus habitantes, también ponen sus ojos en la vecina Jordania.
 
En su discurso en París Smotrich se preguntó: «¿Quiénes son los palestinos?» respondiendo «Yo soy palestino», «Mi abuelo, era palestino», «los palestinos son una invención». En 1969 Golda Meir -primera ministra de Israel- declaró: «No existe el pueblo palestino». Smotrich repite así la vieja cantinela sionista y colonial… actualizándola según las circunstancias; a comienzos de este año Smotrich llamó a «aniquilar» la aldea palestina de Huwara en Cisjordania luego del asesinato de dos colonos judíos.
 
Frente a este gobierno y estas políticas Biden se pronunció: «Que no quepa duda. Estados Unidos respalda a Israel. Nos aseguraremos de que el Estado judío y democrático de Israel puede defenderse hoy y mañana como siempre lo hemos hecho». Palabras muy similares usan los gobiernos de Francia, Inglaterra, Alemania o Italia. El Estado sionista de Israel deja así a la luz que es un Estado racista, colonialista y un enclave imperialista que tiene como política el exterminio del pueblo palestino.
 

Gaza: la mayor cárcel del mundo a cielo abierto

Luego de los acuerdos de Oslo  de los años noventa el territorio palestino original quedó reducido a Gaza, Cisjordania y un pedazo de Jerusalén, la Autoridad Nacional Palestina aceptó está condición a cambio de la creación de un Estado palestino. En la actualidad, luego de más de 30 años, no hay Estado palestino, el Estado sionista de Israel amplia sus asentamientos en territorio palestino y convirtió Gaza en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo.
 
En Gaza viven cerca de 2,2 millones de habitantes en una franja de tierra a orillas del mar Mediterráneo de sólo 40 Km de largo por 15 Km de ancho, siendo por ello uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Desde 2007, cuando Hamas ganó unas elecciones en Gaza, el enclave imperialista de Israel le impuso a la franja un bloqueo por cielo, mar y tierra. Es decir, los palestinos de Gaza no tienen el derecho democrático a elegir quien los gobierne, esa decisión la debe tomar el ocupante colonial: Israel. Desde ese año los gazatís no pueden abandonar por tierra la Franja sin una autorización israelí -existen tres pasos fronterizos terrestres, dos controlados por Israel y uno por Egipto, los tres han estado cerrados desde 2007 con eventuales excepciones en la frontera con Egipto-, el espacio aéreo es controlado por Israel y los gazatís sólo pueden navegar y pescar en el 15% del mar que les corresponde según los acuerdos de Oslo.
 
La economía de Gaza ha sido destruida con el bloqueo. Israel determina qué se puede importar y qué se puede exportar, sólo permite la exportación de productos como fresas y flores… por lo cual liquidó la mayoría de industrias palestinas, no se pueden producir muebles, alimentos, textiles o productos agropecuarios -incluso para el mercado interno-, porque no se permite la importación de materias prima. La actividad pesquera, además de las restricciones de faena, padece el costo del combustible -también por las limitaciones a su importación- y tiene prohibida la exportación. En esas condiciones la población debe emplearse en territorio ocupado por el Estado sionista, para lo cual deben obtener un permiso, los permisos de trabajo no llegan a los 50 mil para una población de más de dos millones de habitantes.
 
El bloqueo impide el ingreso a la franja de artículos mínimos para la subsistencia de los gazatís. No pueden importar repuestos para el mantenimiento de los sistemas de agua y saneamiento, el agua la obtienen de pozos subterráneos, requieren para ello de energía eléctrica para activar las motobombas, pero sólo tienen acceso a un par de horas de suministro eléctrico al día, por lo que tampoco acceden al agua. En Gaza el 80% del agua que se consume no cumple los estándares para agua potable de la OMS -Organización Mundial de la Salud-.
 
Los gazatís padecen también limitaciones al ingreso de materiales de construcción, por ello, existe déficit de escuelas, hospitales o cementerios. Así mismo, la atención médica es precaria pues tampoco se permite la entrada de equipos médicos, para tratar algunas enfermedades tienen que hacerlo en territorio ocupado por Israel y para ello se requiere también un permiso de ingreso que se le niega a 1 de cada 2 pacientes aduciendo razones de seguridad.
 
El desempleo en Gaza supera el 50%, tiene el desempleo juvenil más alto del mundo con más del 60% de sus jóvenes sin trabajo, casi el 80% de sus ciudadanos dependen de ayuda alimentaria para subsistir, según Naciones Unidas el 70% de las familias de Gaza viven con menos de un dólar por día. Por ello, se destinan por la «comunidad internacional» varios miles de millones de dólares en ayuda, pero cerca del 45% de esos recursos se los quedan empresas israelíes que son contratadas para vender los productos necesarios para los gazatís, es decir, los israelíes destruyen Gaza y se enriquecen con su «reconstrucción».
 
Los gazatís viven bajo el terrorismo del Estado sionista día y noche. Los aviones israelíes sobrevuelan cielo de Gaza y no se sabe en qué momento van a bombardear. El ejército sionista ingresa cuando quiere, hace incursiones en sus barrios, capturan sin orden judicial ni cargos a sus jóvenes, amenazan con bayoneta en mano a las familias, queman sus casas, destruyen sus cultivos, vierten cemento en los pozos de agua, secuestran y hacen asesinatos selectivos. Por todo lo anterior, Gaza no es más que una cárcel a cielo abierto -así lo ha dicho desde la ONU hasta la propia prensa en Israel-, un gueto, similar al gueto judío de Varsovia en la II guerra mundial, por ello, el Estado sionista de Israel es similar al Estado nazi.   
 
Tras la incursión de Hamas el pasado 7 de octubre la decisión del Estado sionista ha sido incrementar la catástrofe humanitaria ya existente y desarrollar su política de exterminio palestino sin escrúpulo alguno. Obliga a cerca de 1 millón de palestinos a abandonar la zona norte de la franja, en medio del corte de la energía eléctrica, sin agua, alimentos o combustible y bajo bombardeos constantes. Han bombardeado escuelas, hospitales e incluso las oficinas de la ONU, las instalaciones hospitalarias están desbordadas y los muertos y heridos están en las calles, los carros de helado están siendo usados para conservar algunos cadáveres y los enfermos crónicos o heridos de gravedad tienen encima una condena de muerte ante la orden de desalojo. Ninguna ayuda puede ingresar a la franja por orden del gobierno de Israel, ni siquiera conocemos del todo lo que sucede en Gaza porque están cortadas las comunicaciones, por lo cual, nadie puede informar, los periodistas que los hacen están en territorio ocupado por los sionistas y cuando les queda algo de dignidad no pueden más que reconocer: «que es un verdadero genocidio». 
 

La vida en Jerusalén este y Cisjordania

 En Jerusalén Este, de manera cercana a lo que ocurre en Gaza, la política de discriminación propia de un régimen colonial también se aplica. El Estado sionista no tiene formalmente control sobre este territorio, pero en los hechos ordena la demolición de las casas palestinas, se apropian de tierras para la expansión de los asentamientos ilegales y siguen expulsando de sus hogares a las familias palestinas. En Cisjordánia la mayor parte del territorio está bajo control militar del enclave imperialista y las políticas son similares o más brutales. Los asesinatos de palestinos a manos de militares o colonos israelíes son pan de cada día, los palestinos son desalojados de sus hogares con el coro de «muerte a los árabes» de fondo.
 
En Jerusalén Este está ubicada la mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca -lugares sagrados para los musulmanes-, los colonos ultranacionalistas predican la demolición de las mezquitas y la construcción de un templo judío. A los palestinos se les ha restringido el acceso a estos lugares y los políticos sionistas los visitan a manera de provocación.
 
En Jerusalén Este el 75% de los palestinos viven en condición de pobreza, en Cisjordania cerca del 40% de los jóvenes está desempleado. Son esas condiciones las que hacen que la mayor parte de los palestinos que son asesinados en cada revuelta estén entre 18 y 22 años, ellos combaten desde el desespero y la rabia. Los jóvenes palestinos llenan las cárceles del Estado sionista sin cargos ni juicio y tienen que desarrollar largas huelgas de hambre para que se aclaren sus procesos.
 

¿Existe una guerra entre Israel y Hamas?

 
Israel es un Estado artificial creado y financiado por el imperialismo en territorio palestino, por ello, Israel -a pesar de su tamaño- cuenta con uno de los ejércitos más poderosos del mundo, con un arsenal nuclear que nunca se ha puesto en cuestión -como si se discute que Irán llegue a tener armas nucleares-. Hamas es una organización islámica que hace uso del terrorismo, pero que no tiene una capacidad militar comparable a la del enclave imperialista; las acciones de Hamas cuentan con el apoyo de una parte de la población palestina porque son expresión de la lucha de un pueblo oprimido contra un Estado colonialista y opresor. El Estado sionista de Israel no ataca a Hamas, ataca al pueblo palestino. En ese sentido, no existe una guerra entre Israel y Hamas porque no son enemigos equivalentes, Hamas no puede sostener una guerra, desarrolla acciones terroristas en contra de Israel. En otro sentido, el Estado sionista de Israel sí desarrolla una guerra, una guerra de colonización que ha sostenido una política exterminio del pueblo palestino -que se ha agudizado en las últimas décadas bajo el gobierno de Netanyahu-. 
 
Esa guerra de colonización -como hemos indicado- no empezó el 7 de octubre de 2023 tras los ataques de Hamas, se remonta al comienzo de la ocupación del territorio palestino. Si tomáramos como fecha de inicio el año de 1947 y llegáramos hasta finales del año 2022 se puede decir que cerca de 100 mil palestinos han sido asesinados por las fuerzas del Estado colonial sionista. Entre 1947 y 1948 fueron asesinados más 15 mil palestinos y fueron desplazados 950 mil. De allí en adelante las masacres han sido sistemáticas al igual que el asesinato constante en los territorios ocupados. Entre las que más impacto en muertes han causado están:
 
Deir Yassin en abril de 1948 que dejó 360 víctimas palestinas
Gaza entre 1955 y 1956 con 380 palestinos caídos
Sabra y Shatila en septiembre de 1982 con más de 3 mil asesinados
Yenín en abril de 2002 en la que cayeron 500 palestinos
Gaza entre 2008 y enero de 2009 en la que se asesinaron 1436 palestinos
Gaza en 2014 con una cifra de 2322 palestinos asesinados
Gaza 2023 con una cifra hasta el momento de más de 3 mil asesinatos
 
Los palestinos no han contado con el apoyo financiero ni militar de ningún país imperialista, ni siquiera con el apoyo decidido de las burguesías árabes para enfrentar al Estado invasor.
Al contrario, cualquier sanción contra el Estado sionista en la ONU es vetada por Estados Unidos con la complicidad de las «democracias del mundo», Estados Unidos e Israel se niegan a ser llevados a tribunales internacionales -eso es para los países oprimidos-, y la impunidad por sus crímenes es total e incuestionable.
 
¡Por una Palestina laica, democrática y no racista!
 
Se podría separar al Estado sionista de la población judía que habita el territorio ocupado por el enclave imperialista, sin embargo, si bien existen judíos antisionistas y un sector de la población que se separa del gobierno colonial y ultranacionalista de Netanyahu existen expresiones de un fenómeno de derechización de sectores muy amplios de la sociedad. En ciudades como Jerusalén se pueden encontrar grafitis en las paredes como: «La paz es una catástrofe, queremos la guerra» o «¡Holocausto para los árabes!» Para buena parte de los habitantes de Israel se ha hecho normal y hasta justificado el padecimiento de los palestinos. Los gestos de apoyo a la actual campaña contra Gaza y Palestina son casi unánimes, todos bajo el argumento de una «justa respuesta». Si se aplicará ese mismo argumento a favor de los palestinos ¿Qué se diría del ataque de Hamas?
 
Para nosotros como revolucionarios y marxistas el ataque de Hamas hace parte de la lucha de un pueblo oprimido, que se explica en el contexto de esa guerra colonial que ha llevado a cabo el Estado sionista de Israel en territorio palestino. Los palestinos han luchado y luchan por su tierra, por sus vidas, ante la política de exterminio del Estado sionista, la lucha palestina es la respuesta de un pueblo que se niega a desaparecer. Los kibutz atacados el 7 de octubre por Hamás y las ciudades israelíes adyacentes a la franja de Gaza están construidos sobre los pueblos palestinos de Jiyya, Burayr, Hamama, Najd, Dimra, Simsim; según las «democracias occidentales» esos militantes de Hamas -la mayoría de ellos jóvenes desempleados, desesperados y humillados en Gaza- deben aceptar el exterminio de su pueblo y sus acciones deben ser condenadas como crímenes de lesa humanidad.
 
Qué opinarían entonces esas «democracias occidentales» sobre el levantamiento de Tupac Amaru en el Perú, de la insurrección de los comuneros en Colombia, de la lucha de independencia en Estados Unidos, de la lucha por la descolonización de los pueblos africanos, de la organización y levantamiento del Gueto de Varsovia contra los nazis, o de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica ¿que eran crímenes de lesa humanidad? ¿que los oprimidos no deben levantarse contra el opresor?
 
El Estado de Israel ha convertido en hechos su consigna de «por cada israelí morirán cien palestinos», eso es lo que hace ante los ojos del mundo entero, que responde casi al unísono es su «justa respuesta», eso no es una respuesta justa, es la justificación de un genocidio. 
 
Antes del 7 de octubre de este año los jóvenes palestinos protagonizaban protestas violentas contra el Estado sionista de Israel… nadie les prestó atención, antes de ese sábado en la mañana los palestinos reclamaban su derecho a ingresar y defender la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén… el mundo hizo oídos sordos, las familias palestinas han reclamado vehemente la libertad de los presos palestinos de las cárceles del Estado ocupante… esos jóvenes siguen pudriéndose en esas prisiones. En redes sociales apareció desde comienzos de este año la consigna «Queremos vivir» por parte de los palestinos, casi un grito desesperado del que no se hizo ningún caso. Ahora resulta que los criminales son ellos, que los agresores son ellos, que los terroristas son ellos. Para nosotros ¡No! Como hemos narrado el pueblo palestino es el agredido, el criminal es el enclave imperialista y colonial de Israel que hace uso del terrorismo de Estado contra la población palestina. Por eso, como revolucionarios no podemos decir otra cosa que ¡Viva la lucha del pueblo palestino! ¡Por una Palestina laica, democrática y no racista! 
 
Por:
 
Samuel Escalante.
17-10-2023
 
 







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