Declaración de Perspectiva Marxista
Internacional
Este nuevo golpe parlamentario perpetrado en nuestro continente, que ha querido ser presentado como una acción legítima en defensa de la democracia, es en realidad un nuevo ataque de las oligarquías nacionales en complicidad con el amo del norte contra el pueblo trabajador, para imponer por la fuerza sus privilegiados intereses. Es un golpe contra la voluntad popular que se atrevió a elegir presidente a uno de los de abajo.
Los móviles detrás del golpe son: la defensa de los intereses de las transnacionales mineras imperialistas, dedicadas a explotaciones tradicionales (oro, plata, cobre, plomo, zinc, hierro, estaño, entre otros), pero que ahora están también volcadas a la lucha por el control del litio, clave en la disputa mundial con China para la producción de dispositivos eléctricos, autos eléctricos y para múltiples aplicaciones industriales; la guerra implacable del imperialismo contra los gobiernos que no le son sumisos -aunque ni siquiera se muestren muy nacionalistas o radicales, como es el caso de Castillo-, pero cuya derrota es clave para la dominación geopolítica de su patio trasero y para la disputa por el control económico de la región con su gran contendor, China; y por supuesto, el odio de clase y el racismo atávico de la oligarquía y las elites citadinas peruanas y sus representantes políticos, títeres de la oligarquía y del imperialismo, socios serviles suyos y voraces depredadores de los recursos del Estado.
Son todos estos actores privilegiados, apuntalados por la propaganda vil y rabiosamente falaz de los medios de comunicación masiva, los que se han llenado los bolsillos a costa de la superexplotación de los trabajadores, son los beneficiarios de los 30 años de neoliberalismo impuesto por los gobiernos de todos los colores, desde la época de Fujimori en los 90. Son estos quienes redujeron el país a la condición de exportador de minerales e hidrocarburos que son sometidos al saqueo brutal de las transnacionales imperialistas, gracias a lo cual los indicadores de la economía nacional se han mantenido altísimos por décadas, ocultándose así la devastación de la economía obrera y popular: oro para los ricos miseria para los pobres.
Pero el pueblo peruano viene retomando hace años su colosal tradición de lucha, se suma con este gran levantamiento nacional a países como Chile y Colombia -azotados por décadas de neoliberalismo y represión- pero que empezaron -con sus estallidos de masas revolucionarios- a resistir la opresión oligárquica-imperialista, y hoy lucha por romper con las lacras del Fujimorismo, pero también busca ajustar cuentas con los explotadores nacionales y extranjeros y con los opresores y racistas.
Los explotadores y opresores henchidos de soberbia por su golpe político en contra de las masas campesinas, indígenas, obreras y populares que llevaron al poder a Castillo, no se esperaban una reacción tan contundente de estas, pero las atacaron sin piedad desde las primeras horas del levantamiento. La represión es ejecutada por unas Fuerzas Militares amigas carnales de la cúpula militar imperialista (Perú cuenta con 10 bases militares de Estados Unidos, su ejército desarrolla cada tanto ejercicios militares con el de ese país, sus Fuerzas armadas son formadas y entrenadas en las escuelas militares yanquis, a lo largo de las décadas ha habido presencia constante de tropas estadounidenses en sueleo peruano, y hasta la policía tiene contratos de seguridad con las transnacionales mineras), y es comandada por Dina Boluarte y Alberto Otálora en complicidad con el parlamente corrupto.
Esta ha sido despiadada y sistemática, dirigida a asesinar reconocidos líderes populares regionales y a reventar la unidad de las comunidades férreamente organizadas. En apenas 2 meses ya Boluarte superó a Piñera (37) y a Jeanine Añez (39) causando más de 60 asesinatos, y si sigue como va alcanzará pronto a Duque (83 mal contados). Boluarte y Otálora con el apoyo del congreso y de la prensa oligárquica, han desatado una masacre para ahogar en sangre la creciente protesta, estigmatizándola con el apelativo de “terrucos”, y cuidándose muy bien de mantener separadas las regiones del sur y el centro del país -las más radicales y organizadas- de Lima y de las regiones del norte, pero están fracasando en su empresa, se propusieron aplastar a los rebeldes, pero están apagando el fuego con gasolina.
EL paro indefinido persiste en 5 regiones y los bloqueos a carreteras importantes se suceden uno tras otro a lo largo del país, a pesar de la implacable persecución del ejército y la policía quienes operan en muchas ocasiones disfrazados de paisanos y a través de francotiradores. Las movilizaciones persisten en Lima y en algunos lugares del norte aun contra el rechazo de las clases medias conservadoras y racistas quienes han empezado a producir contramarchas “pacifistas” para apoyar al régimen, sin alcanzar hasta ahora masividad o contundencia.
La persistencia de la lucha por encima de la brutal represión ya está produciendo fisuras entre las elites oligárquicas y entre sus representantes políticos. Así, los debates en el congreso acerca del adelanto de las elecciones evidencian la crisis de esta cúpula corrupta odiada por las masas -sólo tiene el 7% de aprobación-, que ha descartado ya 9 proyectos ante la mirada entre sorprendida e indignada del pueblo. Hasta la odiada presidenta de facto, Dina Boluarte, ha tenido que proponer el adelanto de las elecciones para este año, eso sí sin mencionar su propia renuncia, mientras que hasta la OEA -el ministerio de colonias de Estados Unidos- presiona al congreso para que decida el adelanto y así apaciguar a los rebeldes. Y hasta distintos sectores han empezado a discutir la aprobación de una reforma constitucional en su intento por frenar las protestas. No obstante, no logran ponerse de acuerdo, lo que hace más evidente su distanciamiento de la base social obrera, campesina, indígena y popular.
Por supuesto que, si llegan a ponerse de acuerdo, lo que aprueben estaría dirigido únicamente a apaciguar el movimiento de masas, a tirarle una zanahoria para entramparlo mientras reorganizan todo para derrotarlo y seguir imponiendo los intereses de los ricos y poderosos nacionales e imperialistas. No se puede confiar ni un segundo en que un gobierno provisional de “notables”, conformados por los oligarcas de toda la vida, ofrecerá garantías a las masas y menos que menos que vaya a convocar una Asamblea Nacional Constituyente que satisfaga las necesidades populares. Además, la trágica experiencia de del pueblo chileno con la asamblea constituyente, que condujo la lucha popular hacia una verdadera sin salida sin que se resolvieran siquiera algunas de las más sentidas reivindicaciones de las masas, debe servir de espejo para no ceder a las trampas de la podrida democracia burguesa.
En este marco apoyamos la consigna que algunas organizaciones están levantando, llamando a la conformación de un gobierno provisional integrado por las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y populares, y que sea este el que convoque una Asamblea Nacional Constituyente y tome medidas contra los represores y ofrezca garantías democráticas a las masas populares.
Desde Perspectiva Marxista Internacional apoyamos incondicionalmente la heroica lucha del pueblo pobre peruano, y llamamos a la más amplia unidad de acción continental en su apoyo, para que triunfe, para que derroque a Boluarte y sus ministros y al congreso, para que liberen a Pedro Castillo y se haga una nueva constitución que responda a la voluntad popular.
En consecuencia, llamamos a las organizaciones sindicales, populares, campesinas, indígenas de nuestros países a solidarizarse con su lucha, llamamos a todas las organizaciones y personalidades que se reclaman democráticas y de izquierda a sumarse a una campaña en solidaridad con esta lucha. Corresponde también a las bases de todas estas organizaciones exigir a sus dirigentes que organicen la más amplia campaña de solidaridad condenando la represión y respaldando las acciones de las masas populares peruanas, y que llamen a los gobiernos que se reclaman progresistas, a Lula y al PT, a Petro y el Pacto Histórico, a Alberto Fernández y a Cristina Fernández, a López Obrador, a Luis Arce, a Maduro, a Miguel Díaz-Canel, a Boric, a tomar medidas efectivas económicas y políticas para apoyar la causa del pueblo peruano.
Hasta ahora estos gobiernos son una pálida caricatura de lo que fueron los gobiernos del “Socialismo del siglo XXI” encabezados por Chaves, quienes tomaron medidas nacionalistas en contra de las trasnacionales yanquis, expulsaron de sus territorios bases militares imperialistas y derrotaron el proyecto colonial del ALCA. Cuando se perpetraron los golpes parlamentarios contra Fernando Lugo (Paraguay, 2012) y Manuel Zelaya (Honduras, 2009) estos gobiernos los condenaron contundentemente y hasta tomaron medidas, como cuando el MERCOSUR sancionó a Paraguay, y los gobiernos de la UNASUR se negaron a reconocer como legítimos a los impostores impuestos por las oligarquías locales y por el imperialismo.
Pero ahora, la CELAC ha sido incapaz de sacar siquiera un pronunciamiento de condena, se ha impuesto la postura de Lula, quien defiende la “institucionalidad peruana” y hasta ha mantenido vigente y ejecutado un acuerdo con Perú de abastecimiento de pertrechos para la represión, firmado bajo Bolsonaro. Los gobiernos llamados progresistas deberían asumir la postura defendida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien dijo: “No podemos aceptar intentos, ni mucho menos golpes de Estado ni militares ni técnicos, se tiene que respetar la libertad y la auténtica democracia, el pueblo es el que manda, no las oligarquías” … “No debemos de dejar solo al pueblo hermano del Perú. Fue una infamia lo que hicieron con Pedro Castillo y la forma en qué están reprimiendo al pueblo. Hay que suscribir conjuntamente un comunicado para exigir que cese la represión” … “Que se abra el diálogo, que sea el pueblo el que decida en democracia, es decir en elecciones limpias y libres, sobre el destino del Perú. No al autoritarismo y la libertad a Pedro Castillo, porque está injustamente encarcelado”.
¡Viva la heroica lucha del pueblo peruano!
¡Abajo la cruenta represión de los asesinos Boluarte y Otálora, el congreso corrupto y proimperialista y las sanguinarias Fuerzas Armadas!
¡Fuera bases imperialistas de Perú ¡
¡Por la ruptura de todos los pactos económicos, políticos y militares que atan a Perú al imperialismo!
¡Solidaridad latinoamericana con nuestros hermanos peruanos!
¡Por un gobierno provisional obrero, campesino, indígena y popular que convoque una Asamblea constituyente que satisfaga las reivindicaciones de las masas!
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