En 2019, la Rand Corporation publicó un “proyecto de investigación” titulado “Sobreextender a Rusia. Competir desde un terreno ventajoso”.
Rand fue creada en 1948 por la empresa aeronáutica privada Douglas Aircraft Company, fabricante de aviones militares y armamentos de diversos tipos, para ofrecer servicios de investigación y análisis a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Más tarde se desvinculó formalmente del Estado y las Fuerzas Armadas estadounidenses, para convertirse en una entidad “sin fines de lucro”, pero que sigue estando financiada mayormente por el Departamento de Defensa, el Departamento de Seguridad Nacional y otros departamentos del Gobierno de los Estados Unidos.
El Prefacio de este documento aclara cuál es su objetivo: “examinar una gama de posibles medios para sobreextender a Rusia” sin ir a una guerra abierta, a través de “medidas que puedan obligar a Rusia a competir en campos o regiones donde Estados Unidos tiene una ventaja competitiva, haciendo que Rusia se extienda demasiado militar o económicamente o haciendo que el régimen pierda prestigio e influencia nacional y/o internacional
En el índice se enumeran varias medidas, algunas de las cuales ya se estaban aplicando antes del estallido de la guerra en Ucrania y se profundizaron enormemente después:
Dificultar las exportaciones de petróleo
Está en marcha.
Reducir las exportaciones de gas natural y obstaculizar la expansión de los gasoductos
Se presionó a Alemania para que lo hiciera antes de la guerra y sigue a toda marcha hoy.
Imponer sanciones económicas
Se impusieron ya antes de la guerra y dieron un gran salto después de que estalló.
Proporcionar ayuda letal a Ucrania
Comenzó en 2014 y se multiplica en la guerra actual, con los países de la OTAN enviando al gobierno ucraniano armas pesadas, suministrándole datos de Inteligencia, entrenando a sus fuerzas militares dentro y fuera de su territorio, etcétera.
Aumentar el apoyo a los rebeldes sirios
En 2014 Obama había ordenado bombardeos contra las milicias proiraníes y del Estado Islámico en territorio sirio; en 2017 Trump ordenó el primer bombardeo directo contra el ejército Sirio.
Promover el cambio de régimen en Bielorrusia
En 2021 se intentó aprovechar un levantamiento popular legítimo para tratar de derrocar al presidente Alexander Lukashenko, aliado de Rusia, pero fracasó porque fue duramente reprimido.
Aprovechar las tensiones en el Cáucaso Sur
En 2022 se intentó aprovechar protestas populares legítimas en Kazajistán para derrocar al presidente Kasim-Yomart Tokayev, aliado de Rusia, pero fracasó por la represión y el ingreso amenazante de tropas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar comandada por Rusia e integrada por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
Desafiar la presencia rusa en Moldavia.
En medio de la guerra actual, se están produciendo ataques a Transnistria, un territorio que perteneció a Moldavia hasta que intentó separarse en 1990 y lo logró con apoyo militar ruso después de dos años de guerra.
Aumentar las fuerzas terrestres de Estados Unidos y la OTAN en Europa
Es lo que se está ocurriendo ahora, con el aumento brusco de sus presupuestos militares.
Aumentar los ejercicios de la OTAN en Europa
Comenzó a hacerse meses antes de la guerra; ahora los países de la OTAN desplazan tropas y armamento a los países fronterizos con Rusia y Ucrania.
Retirarse del Tratado INF sobre misiles de alcance intermedio
Rusia y Estados Unidos acordaron el Tratado START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), es decir, de misiles de largo alcance con ojivas nucleares, que sigue vigente hasta hoy. El tratado INF (Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio) también ponía limitaciones a este tipo de armamento, pero dejó de existir el 2 de agosto de 2019, pocos meses después de publicado el “proyecto de investigación” de la Rand Corporation.
Estas son solo algunas de las medidas propuestas por Rand. Hay muchas más, que se están llevando ahora a la práctica (alguna de las cuales habían comenzado antes de que estallara la guerra), como por ejemplo:
La lucha ideológica: “nosotros somos la democracia, Putin es un dictador”; “nosotros luchamos por los valores de Occidente, la integridad territorial y la autodeterminación de las naciones, Putin es un psicótico imperialista que quiere reconstruir la Rusia de los zares”.
La desinformación para lavar el cerebro de la opinión pública por medio de noticias falsas y la censura en los medios y las redes de toda opinión o crónica desde el terreno que demuestre que del lado ucraniano actúan paramilitares nazis y formaciones nazis integradas al ejército como el Batallón Azov y/o contradiga algún relato de Estados Unidos y sus socios sobre las atrocidades de los rusos (que pueden haber existido, como en toda guerra) o muestre las atrocidades de los militares ucranianos (que sí son ciertas) contra la población de las repúblicas separatistas de Lugansk y Donetsk, etcétera, etcétera.
En la nota anterior sobre “La guerra en Ucrania y quién la provocó” se detallaba cómo Estados Unidos y sus socios de la Europa imperialista fueron extendiendo la OTAN hasta las fronteras de Rusia para obligar al país a capitular. El “proyecto de investigación” de Rand demuestra que ya estaban preparándose desde antes para esta guerra si Rusia no se rendía pacíficamente.
Eugenio Greco
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