Pages - Menu

Publicaciones

26/10/19

La marcha más grande en la historia de Chile



Adiós Sebastián se lee en una pancarta gigantesca en uno de los costados de Plaza Italia; la despedida al millonario hecho presidente está en los carteles y se repite en los cantos de más de un millón de chilenos que han invadido cada espacio posible en la plaza y sus alrededores. Las barras bravas de Colo-Colo, la U de Chile y la U Católica, luego de décadas de enfrentamiento están hombro a hombro con sus bombos entonando al unísono: ¡Van a volver, las balas que disparaste van a volver! ¡La sangre que derramaste la pagarás! ¡Los hombres que asesinaste no morirán!; ¡Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver! ¡Eso no es democracia, es dictadura sin Pinochet!. Las cámaras no logran captar en plenitud la desbordante cantidad de manifestantes; efectivamente presencian la marcha más grande en la historia de Chile. Chile despertó, aparece como consigna en una bandera que va de un lado a otro; el pueblo trabajador está en las calles y la burguesía tiembla de miedo.

«El baile de los que sobran» de la legendaria agrupación Prisioneros retumba en la Alameda, la invasión alienígena de la primera dama Cecilia Morel tiene banda sonora. En un país en que el 1% de la población se queda con el 26% de la riqueza nacional han sido muchos los que sobran. Esos sin nombre llevan ya una semana en las calles, 19 muertos, 600 heridos y 6000 detenidos, cientos de mujeres abusadas por los pacos y los milicos, pero siguen ahí y cada vez son más, cada vez con una consciencia más clara de que no quieren dar marcha atrás.

¡Los milicos a los cuarteles y que se les juzgue por sus crímenes! ¡Piñera y su sequito de fachos pinochetistas fuera! Las migajas que han decidido «compartir con los demás» ya no son suficiente, ya no basta con pedir perdón. Los jóvenes, los jubilados, los trabajadores precarizados y flexibilizados, las mujeres, la comunidad LGBT, los niños, los adultos mayores, los mapuches, los artistas, todos se han hartado de un sistema social de opresión y explotación, todos reclaman un nuevo orden social. El 1% ha tenido que escuchar, pero ya es demasiado tarde y ofrecen muy poco.

Los partidos políticos a izquierda y derecha no tienen idea de hacia dónde marcha este proceso de lucha y movilización, pero ya deben reconocer que nada puede volver a ser cómo antes. Ahora lo que les preocupa es que todo puede volar por los aires, por eso se apresuran a hacer llamados para «mantener la institucionalidad», por eso le ofrecen salidas «en democracia» al que sacó a los militares a las calles, al que le declaró la guerra a los manifestantes. Ahora aceptan la necesidad de una nueva constitución y de cambio en todos los poderes. Los que aseguraron que la dictadura tuviera una transición pacífica hoy quieren repetir la historia; está por verse si esos millones de chilenos que con su justa rabia inundan las calles permitirán la farsa. 

25/10/19

¡El triunfo de la insurrecion indigena contra el paquetazo de Moreno y el FMI!


Fueron 11 días en que los aguerridos indígenas junto con las masas pobres de la ciudad y del campo se adueñaron de las calles, montes, valles a lo largo y ancho de Ecuador. Al grito de ¡Fuera Moreno! ¡No al paquetazo del FMI!, enfrentaron la brutal represión desatada por los esbirros del régimen en cabeza del proimperialista gobierno de Lenin Moreno. 

A pesar del engaño con que el gobierno y la burguesía intentaron deslegitimar el movimiento a través de la pérfida campaña de la “conspiración” orquestada por Correa y financiada por Venezuela para desestabilizar el gobierno, no logran quebrar la disposición de lucha de los miles de indígenas que contaron con el apoyo decidido de miles de jóvenes, mujeres y trabajadores, que ven en la medida un ataque feroz a sus condiciones de vida.

Es esta disposición a la lucha, la que obliga al gobierno a derogar el decreto 883 a través de una negociación pública inédita en la historia de el país, exigida por los dirigentes y las bases de la CONAIE, lo que constituye sin lugar a duda, un triunfo para luchadores ecuatorianos. 

El gobierno profundamente debilitado, odiado por las masas de indígenas, campesinos y trabajadores, odiado por la dirigencia y cientos de activistas del movimiento Revolución Ciudadana (correísmo), despreciado por la clase media y la oligarquía ecuatoriana, unidos durante la crisis, no por el amor sino por el espanto que les produjo la insurrección de masas, quedó debilitado y con dificultades para continuar aplicando las medidas exigidas por el FMI. 

El triunfo de la insurrección indígena, campesina y popular en Ecuador es un golpe contra la ofensiva recolonizadora del imperialismo sobre América Latina. Es también un ejemplo de lucha, de heroísmo para los trabajadores y pobres de la ciudad y del campo, para los jóvenes, para las mujeres que en América Latina resisten la despiadada voracidad de un sistema capitalista caduco e infame. Para los jóvenes y trabajadores chilenos que se levantan contra el capitalismo depredador. Es un ejemplo para los trabajadores argentinos que dieron su primer paso castigando al proimperialista Macri en las pasadas elecciones en Argentina y para los millones de mujeres que se movilizan contra la sociedad machista y patriarcal. Es un ejemplo para la juventud y los trabajadores colombianos que luchan por el derecho a la vida y contra los asesinatos del fascista gobierno uribista de Duque. Es un ejemplo para los millones de jóvenes, mujeres y trabajadores brasileños que se movilizan contra régimen fascista del Bolsonaro. Este proceso es objetivamente antimperialista por tratarse de una lucha contra el paquetazo impuesto por el fondo monetario internacional con el propósito de avanzar en el ataque contra la independencia política lograda bajo el gobierno de Correa, hoy profundamente golpeada por el giro a la derecha de Lenin Moreno.

Ecuador de país independiente a semicolonia bajo el tutelaje del FMI

Ecuador junto con Argentina, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Venezuela por una combinación de factores, en la década pasada se negaron a cumplir a pie juntillas las imposiciones del imperialismo norteamericano. En el 2005 derrotaron en la IV cumbre de las Américas el ALCA un acuerdo colonizante de libre comercio similar al NAFTA. Ecuador bajo el gobierno de Correa en el 2008 expulsa al ejército norteamericano de la base de Manta en un acto de soberanía nacional apoyado por el pueblo ecuatoriano.

Estas afrentas eran imperdonables para el amo de norte, no podía permitirse gobiernos independientes en su “patio trasero” y lanza su ofensiva recolonizadora. En 2009 fue derrocado por un golpe de estado el presidente hondureño Manuel Zelaya; en el 2012 un “golpe institucional” derrocó al paraguayo, Fernando Lugo; en 2015 Mauricio Macri le ganó las elecciones a Cristina Kirchner en Argentina; en el 2016 otro “golpe blando” derribó a Dilma Rousseff en Brasil. En todos estos países se impusieron gobiernos abiertamente proimperialistas.

Ecuador no es la excepción. Aunque Lenin Moreno llegó al gobierno con el programa y los votos del correísmo, en un impresionante giro a la derecha, se plega mandatos del imperialismo y de la banca internacional. 

Desde la entrega al imperialismo británico de perseguido político Julián Assange fundador de WikiLeaks, pasando por la presencia permanente de militares norteamericanos en la isla Galápagos y en Manta, su participación en el grupo de Lima contra el gobierno venezolano, hasta el reciente paquetazo por órdenes de FMI, son todas estas medidas las que corroboran la entrega de la soberanía del pueblo ecuatoriano por parte del lacayo Lenin Moreno. 

Una insurrección que removió los cimientos estado ecuatoriano 

Fueron 11 días en que los indígenas, los campesinos, los jóvenes, en fin, los pobres de la ciudad y del campo, desplegaron toda su energía revolucionaria. Los bloqueos a lo largo y ancho del país, las tomas de las gobernaciones de las principales provincias de la sierra, la retención de destacamentos del ejército y de la policía por parte de los manifestantes. 

El tapabocas con el bicarbonato de sodio para protegerse de los gases se convirtió en la prenda más usadas durante esos días. Se volvió común el desfile diario, masivo y permanente de grupos de familias, amigos, jóvenes apertrechados para el combate. Desde los neumáticos y palos para las barricadas, hasta el eucalipto para repeler el gas. Las bolsas de agua y alimento para los que permanecían día y noche en el ágora de la casa de la cultura donde se encontraban los indígenas, convertida en el comando central de la insurrección.

Mientras tanto, la oligarquía y el gobierno aterrorizados por lo radical del movimiento, al tiempo que desataban una feroz represión, ocultada por los medios de comunicación, lanzaban alaridos contra la conspiración Maduro-Correa, llegando en su delirio a ordenar la detención de 17 venezolanos acusados de terrorismo, cuando eran realmente trabajadores de Uber, por lo que les tocó liberarlos inmediatamente.

A la altura de escribir estás líneas aún no han acordado un nuevo decreto y el gobierno se alista a presentar sendas reformas, por lo que es necesario mantener la organización para evitar cualquier ofensiva.


23/10/19

Movilizaciones multitudinarias en el primer día de huelga general en Chile



Más de 200.000 personas se movilizaron hoy en el primer día de huelga general en Santiago de Chile, cerca de 80.000 en Concepción y de 60.000 en Villa del Mar; en cada uno de los rincones del país se vivió un panorama similar. Docentes, trabajadores de la salud, portuarios y el gremio de camioneros –históricamente cercano a los militares- encabezaron las marchas. Buena parte de los comercios estuvieron cerrados; en general hubo escasa actividad económica.

Corre la sexta jornada de lucha del pueblo trabajador en Chile, el detonante fue la subida al boleto del Metro, pero, como se afirma en las calles, esa medida es solo la punta del iceberg; lo que esos cientos de miles reclaman, con el apoyo de la mayor parte de la población, es mucho más. En las movilizaciones las consignas centrales son ¡Fuera Piñera! y ¡Asamblea constituyente! El chileno del común se cansó de un modelo económico que privatizó la educación, la salud y hasta el agua, que precarizó el trabajo, que paga salarios de hambre y conduce a la miseria a los pensionados. El magnate Piñera es la expresión material de una las sociedades más desiguales del mundo, un ejemplo del capitalismo voraz, y exponente de una burguesía mezquina, que prefiere taparse con cera sus oídos, para no escuchar los reclamos que hoy realizan los patipelados, bien sea en la Avenida la Alameda o en la Plaza Italia de Santiago o en las calles de la norteña Antofagasta. 

Otro de los exponente de esa infame burguesía, Andrónico Lukšić, uno de los hombres más ricos de Chile, ha dicho en un audio que circula en redes sociales: «aquí la vaina es muy simple… que importa que se llame democracia, república, o lo que sea, simplemente hay que reprimir». Su socio, Sebastián Piñera, respondió a estos llamados sacando a los militares a las calles, los milicos desataron una represión no vista desde la dictadura pinochetista, hasta el momento se reportan 18 muertos y cientos de heridos, la mayoría jóvenes. Pero la represión no ha logrado detener la ira contenida por décadas, al contrario ha provocado reacciones de respaldo y unidad con los manifestantes, incluso en sectores burgueses de la capital como Las Condes. 

Piñera cambió su táctica y pasó a  combinar la zanahoria y el garrote: pidió perdón al pueblo chileno y planteó un conjunto de medidas intentando desmovilizar, tampoco ese camino le funcionó. Las medidas no son más que un par de migajas que deja caer de su mesa, la clase trabajadora y el pueblo pobre en Chile hoy quiere mucho más. 

Los partidos políticos de la burguesía no saben como responder, la izquierda parlamentarista y sus organizaciones están borradas; es la gente, el chileno de a pie, particularmente los jóvenes, los que se han puesto sobre sus hombros la lucha contra el gobierno de los oligarcas que tanto han alabado los imperialistas y los gobiernos de derecha de la región. Son los colectivos de mujeres, los colectivos de lucha contra las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), el Colegio de profesores y la CUT quienes convocaron la huelga general de dos días, pero existe un proceso de movilización y lucha que los supera ampliamente; una bronca colectiva que está más allá de cualquier bandera.

Es esa bronca colectiva la que ha empezado a hacer tambalear no solo a Piñera en Chile, también a Moreno en Ecuador o a Moïse en Haití, todos ellos lacayos de la ofensiva imperialista en la región. Los chilenos gritan en sus calles: ¡Los milicos a los cuarteles! ¡Fuera Piñera! ¡Asamblea constituyente! y desde todos los rincones de Latinoamérica les decimos: ¡Chi, chi, chi, le, le, le… gloria al pueblo de Chile! Todo el apoyo y solidaridad con los hermanos chilenos, hagamos mítines, movilizaciones, asambleas, todas las acciones posibles para expresar nuestro respaldo a su justa lucha.